'Ya no quiero ver caras tristes y acomplejadas'
Aznar orientó la intervención de ayer ante la dirección de su partido hacia dos objetivos fácilmente traducibles en sus palabras: insuflar ánimos a quienes han creído que el apoyo del Gobierno a la guerra contra Irak iba a significar la tumba electoral para el PP y, en segundo lugar, trazar las grandes líneas argumentales que los candidatos irán desgranando contra el PSOE en sus distintas circunscripciones de aquí al 25 de mayo. Al finalizar la reunión, sólo se percibieron parabienes para el presidente y gestos de alivio ante la catarata de medidas económicas que acababa de anunciar para pasar página a la guerra y recuperar la iniciativa tras largos meses de parálisis gubernamental. 'Comenzamos a tomar oxígeno después de mucho tiempo conteniendo la respiración', comentó uno de los altos cargos asistentes a la cita.
'Faltan cinco semanas para el 25 de mayo, ya no quiero ver caras tristes y acomplejadas, tenemos que ir con la cabeza bien alta. Hemos vivido momentos muy difíciles, pero el conflicto con Irak ya ha terminado. Podríamos cantar victoria, sacar pecho y envanecernos..., pero no lo vamos a hacer', les dijo el presidente a los máximos dirigentes del PP. A partir de hoy, todos los ministros, empezando por el vicepresidente Rodrigo Rato, tendrán ocasión de exhibir sus logros en una convención convocada por el partido para conmemorar los siete años de Gobierno. Las comparecencias serán clausuradas mañana por el vicepresidente Mariano Rajoy.
Aznar también avanzó ayer los frentes en los que los candidatos de su partido deberán combatir al PSOE en el escenario electoral que se avecina. El presidente aludió en 10 ocasiones a la 'coalición LLamazares-Zapatero', nacida, dijo, durante la guerra contra Irak para derribar al Gobierno del PP 'al precio que sea'. En esa conjunción de fuerzas 'con el Partido Comunista', Zapatero ha intentado que el Ejecutivo 'doblase la rodilla no por las urnas, sino por la presión de la calle', aseguró Aznar. A la 'coalición' le fallaron dos cosas, añadió el presidente: su radicalismo y la unión del PP. 'Tenemos razones para estar orgullosos porque hemos prestado un buen servicio a la democracia y a nuestro país', sentenció ante los suyos.
Ahora que 'el PP no tiene nada que ocultar', prosiguió Aznar, y que 'el ruido de la crisis se apaga' es hora de exponer un programa marco de referencia a los ciudadanos, 'pues lo tenemos con independencia de que caigamos más o menos simpáticos'. Esta es, abundó el presidente, la principal asignatura pendiente del PSOE, pues en cuestión de proyecto político 'unos estamos vestidos y otros en pelotas', dijo Aznar.
También avanzó de forma implícita su intención de explotar a fondo el voto de miedo en los próximos comicios. El PSOE, vino a decir, es sinónimo de radical, de ausencia de sentido de Estado y de riesgo para la vertebración territorial de España. 'Nosotros', añadió, 'somos los únicos que garantizamos la estabilidad'.