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Hasta 1.500 euros por un test de neumonía atípica

La epidemia de neumonía atípica (SARS, en sus siglas en inglés), que afecta ya a varios miles de personas de todo el mundo, se expande sin freno ayudada por el desconocimiento científico sobre su naturaleza y la dificultad para diagnosticarla. Artus, una compañía bioquímica de Hamburgo (Alemania), ha empezado a distribuir lo que definen como el primer test comercial para detectar la enfermedad.

La firma suministra de momento el producto gratis, aunque no renuncia a los enormes beneficios económicos que el test aportará en el futuro. Kay Koerner, director de marketing de Artus, señala que están recibiendo 'una auténtica oleada de peticiones' del test. Según fuentes de Artus, esta misma semana se mandarán dos millones de pruebas más. El test puede detectar la existencia del virus en sólo dos horas mediante el análisis de la saliva, las heces o muestras de la garganta humana, mientras que otros productos de diagnóstico similares basados en la búsqueda de anticuerpos necesitan entre 10 y 20 días.

Sin embargo, el test no se considera aún 100% seguro, lo que constituye el principal problema para ponerlo en el mercado. Rebeca Bigott, responsable de prensa de Artus, dijo a este periódico que el test 'es muy seguro, pero aún necesitamos la evidencia de que funciona siempre'. Al parecer, los resultados de los análisis pueden darse por verdaderos cuando dan positivo, pero, si dan negativo, no es posible descartar del todo la enfermedad. Bigott afirmó que la firma germana empezará a comercializar el producto en cuanto se confirme su total eficacia y dijo que costará entre 400 y 1.536 euros, según el número de pruebas que cada test permita realizar. Según la portavoz, aún no se ha distribuido ninguno en laboratorios u hospitales españoles, 'pero, dada la situación, no se puede descartar que lo hagamos pronto'.

Artus es una firma bioquímica no cotizada en Bolsa con delegaciones en Malasia y EE UU. La empresa saltó a la palestra en noviembre de 2000 tras detectar el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en Alemania.

La neumonía atípica se ha cobrado ya, al menos, 154 muertos y la OMS sospecha que los casos en China, donde se originó, se cuentan por miles y no por cientos, como sostiene el Gobierno chino.

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