El Gobierno urge a la industria a mejorar la calidad para afrontar la ampliación
La firma del Tratado de Adhesión para la ampliación de la UE al Este del Viejo Continente, que tendrá lugar mañana en Atenas, supone el pistoletazo de salida para quienes quieran aprovechar los retos que supone una Unión Europea con diez nuevos miembros.
El Gobierno, consciente de ello, ha elaborado un decálogo de prioridades para afrontar la ampliación. Desde el Ministerio de Economía se está urgiendo a las empresas españolas a aprovechar el reto, no sólo por la oportunidad que supone para aumentar la cifra de negocio, sino también por la necesidad de adaptarse a un entorno en el que los países candidatos gozan de enormes ventajas competitivas frente a España, sobre todo en la industria.
Economía avisa de que los bajos salarios con que cuentan estos países afectarán de una forma directa a la industria española. Por un lado, inducirán a la deslocalización de inversiones de empresas multinacionales afincadas ahora en España, que tenderán a llevar parte de la producción hacia estos países para abaratar costes, con la consiguiente pérdida de empleo nacional. Algo ya está sucediendo en el sector del automóvil. Básicamente, Economía anima a desechar la búsqueda de la competencia vía precios (ésta se da por ganada para estos países, al igual que ocurrió hace décadas cuando España aún no se encontraba en la CEE y mantenía un nivel salarial inferior a la media comunitaria) e impulsar la diferenciación del producto.
Se debe primar el diseño, la calidad, el contenido tecnológico y la idea de marca. En suma, una mayor especialización en productos no intensivos en mano de obra y con un mayor valor añadido, que estos países aún no pueden fabricar. También procede un mayor recurso a la subcontratación de tareas sencillas que se puedan llevar a cabo, precisamente, en estos territorios. Las tesis que maneja Economía son similares a las defendidas en el último análisis del Instituto de Estudios Económicos (IEE), dedicado a la industria, y patrocinado por la propia SEPI (Ministerio de Hacienda). En el informe se fijan cuatro retos principales. El primero de ellos es una 'mayor internacionalización de la capacidad productiva' del sector.
Hasta ahora, la industria española se ha centrado en la exportación de bienes y servicios, y ha dejado en mantillas la inversión directa. Se necesita multiplicar el flujo dirigido hacia estos países (los llamados Pecos), que apenas supera los 64.000 millones de euros en su conjunto, muy lejos de países como Italia y Alemania, que llevan la delantera, por su proximidad y tradición en la zona. Además, están muy concentradas en un reducido número de sectores como el financiero, la energía y las telecomunicaciones.
Pero, incluso, en la exportación queda tarea. La propensión exportadora (medida como el porcentaje de ventas que procede del exterior) es reducida, superando sólo el 40% en empresas con más de 200 empleados. En el caso de las pymes (el verdadero tejido industrial español), sólo obtienen un 20% de sus ingresos del exterior. Otro reto por afrontar es el insuficiente desarrollo tecnológico, con un gasto en I+D muy inferior a la media comunitaria.
El resto de los objetivos pasa por una mayor formación de profesionales cualificados y un mayor acceso a la financiación externa (fuera del país), sobre todo, por parte de las pymes, acostumbradas a las ayudas públicas, directas o a través de préstamos subvencionados por el ICO.
Aznar impulsa proyectos en Polonia
El presidente del Gobierno, José María Aznar, inició anoche una visita de trabajo a Polonia en la que promoverá la cooperación política en el marco de la UE y la OTAN, y respaldará iniciativas empresariales. Polonia dispondrá del mismo peso (votos) que España en el Consejo de la UE, una vez que se haya incorporado a la Unión.Aznar se entrevistará esta mañana en Varsovia con el primer ministro, Leszek Miller, y se reunirá con empresarios de ambos países. El Gobierno español desea ampliar la presencia empresarial en Polonia e intensificar unas relaciones comerciales que superan los 2.115 millones de euros anuales y cuyo saldo es favorable a la economía española en 446 millones.El volumen de inversiones españolas en el mercado polaco es todavía pequeño, pero hay numerosos proyectos en marcha, entre ellos la compra del 49% de la empresa aeronáutica PZL Okecie, vinculada a la venta de ocho aviones construidos por CASA.También tienen intereses las constructoras Ferrovial y Acciona, las eléctricas Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa, y varias empresas turísticas. Aznar pondrá sobre la mesa también la aplicación del acuerdo sobre flujos migratorios que regula la estancia en España de 65.000 polacos.