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CVNE

Doce propuestas con mucho encanto

Antiguos conventos, masías, palacios o incluso viejas estaciones de tren. Propuestas con encanto para vivir la tradicional Semana Santa de interior

NH Palacio del Duero. Pza. de la Horta, 1. Zamora. Tel.: 980 508 262. www.nh-hoteles.com. Sauna, gimnasio, servicio de canguro, restaurante. Habitación doble: 130 euros (fin de semana, 72 euros). Promoción actual fin de semana: 64 euros. (los precios no incluyen desayuno ni IVA).

Convento I. Crta. de la Estación, s/n. Coreses (Zamora). Tel.: 980 500 422. www.hotel-convento.com. En verano abrirán un centro de balnetoterapia con piscina, gimnasio y sala de masajes. Precio habitación doble con desayuno: 82-120 euros. Suite, con desayuno: 240 euros (precios sin IVA).

AC Palacio de Santa Ana. Santa Ana, s/n. Arroyo de la Encomienda (Valladolid). Tel.: 983 409 920. www.ac-hoteles.com. Minibar gratuito, habitaciones no fumadores, fitness centre, piscina, baño turco, restaurante. Habitación doble: 115-146 euros. Suite: 142,32-181,13 euros (precios sin desayuno ni IVA).

La Posada del Pinar. Finca Pinar de San Rafael. Pozal de Gallinas (Valladolid). Tel.: 983 481 004. www.laposadadelpinar.com. Servicio de canguro, restaurante. Habitación doble: 70 euros (precio sin desayuno ni IVA).

Torre del Visco. Crta. Valderrobres-Fuentespalda, s/n. Fuentespalda (Teruel). Tel.: 978 769 015. www.relaischateaux.com. Restaurante (previa reserva). Habitación doble: 200-240 euros. Suite: 300 euros (precios para dos personas con desayuno y cena; incluyen IVA).

La Parada del Compte. Antigua Estación de Ferrocarril, s/n. Torre de Compte (Teruel). Tel.: 978 769 072. www.sermat.net/laparada. Restaurante. Habitación doble: 100-125 euros. Suite: 160 euros (precios sin desayuno ni IVA).

Finca el Carpintero. Ctra. N-110, km 360,5. Tornavacas (Cáceres). Tel.: 927 177 089. www.fincaelcarpintero.com. Restaurante. Habitación doble: 54-60 euros. Suite: 72 euros (precios con desayuno e IVA).

La Posada de Amonaria. Calle de la Luz, 7. Malpartida de Plasencia (Cáceres). Tel.: 927 459 446. www.amonaria.com. Restaurante. Habitación doble: 56,08-74,77 euros. Suite: 84,12 euros (precios sin desayuno ni IVA).

Posada de San José. Julián Romero, 4. Cuenca. Tel.: 969 211 300. www.posadasanjose.com. Restaurante. Habitación doble: 64 euros. También triples y cuádruples: 87-102 euros (precios sin desayuno ni IVA).

Parador de Cuenca. Subida a San Pablo, s/n. Cuenca. Tel.: 969 232 320. www.parador.es. Piscina, restaurante. Habitación doble: 109,96-116,24 euros (sin desayuno ni IVA).

Las Casas del Rey de Baeza. Pza. de Jesús de la Redención, 2. Sevilla. Tel.: 954 561 496. www.hospes.es. Piscina en la azotea, restaurante. Doble: 127-162 euros. Suite: 150-200 euros. En temporada extra (Semana Santa y Feria de Abril), entre 277 euros y 363 euros (todos los precios, sin desayuno ni IVA).

Vincci La Rábida. Castelar, 24. Sevilla. Tel.: 954 501 280. www.vinccihoteles.com. Terraza solárium, jacuzzi exterior, taberna andaluza, restaurante. Doble: 115-155 euros; suite: 315-450 euros. En temporada extra, entre 240 euros y 535 euros (sin desayuno ni IVA).

Entre palios y doseles

La Semana Santa, tiempo de silencio, penitencia y tradición, coincide también con la llegada de la primavera y las ansiadas minivacaciones que la mayoría de los mortales esperan con el mismo entusiasmo con que se viven unas fiestas religiosas sin parangón en el mundo. Disfrutar estos días de las manifestaciones religiosas del interior peninsular tiene el atractivo del turismo cultural, y el valor añadido de que esta época del año es perfecta para viajar alojándose en hoteles con mucho encanto, llenos de detalles, en parajes o edificios sorprendentes. Por eso, he aquí algunas propuestas de aquellos que, por su emplazamiento, permiten asistir a los actos de la Semana Santa más singulares de España.La Semana Santa castellana invita al recogimiento y la vivencia íntima de sensaciones que produce presenciar innumerables procesiones. La de Zamora es una de las más interesantes, por sus pasos de tallas antiquísimas, su austeridad y solemnidad, cuyo punto culminante es la procesión del Entierro, el jueves, con el canto del miserere. En esta ciudad es muy recomendable el NH Palacio del Duero, un cuatro estrellas perteneciente a la gama alta de esta cadena hotelera. En su construcción se liberó una fachada oculta de la iglesia románica de Santa María, a la que está adosado, aprovechando las dependencias de un antiguo convento -su refectorio es hoy el actual restaurante, con su bóveda restaurada en la que se conservan pinturas alusivas a la gastronomía-. El resultado de la reforma es una perfecta fusión entre el arte medieval y la estética moderna que preside los interiores del hotel, de diseño muy actual.Un poco alejado de la ciudad, a nueve kilómetros, en Coreses, El Convento I resulta un establecimiento sorprendente. La decoración, barroca e impactante, se inspira en el Gótico, el Renacimiento y el Art Decó, con muchas piezas antiguas. En su construcción se emplearon piedras románicas, ladrillos mozárabes y maderas nobles, implicando a un buen número de artesanos y pintores. La asombrosa mezcolanza artística se deja ver en los amplísimos espacios comunes (salones, capilla, comedores e incluso discoteca), mientras que las habitaciones responden a una estética más moderna y funcional. Cuenta también con una bonita bodega productora en un edificio anexo.Los orígenes de la Semana Santa vallisoletana se remontan al siglo XV, aunque es en el XVII cuando maestros imagineros como Gregorio Fernández tallan la mayor parte de los pasos, de incalculable valor artístico, que se pueden ver estos días, como la procesión del Santísimo Cristo del Perdón. En cuanto al alojamiento, dos alternativas interesantes nos llevan fuera de la ciudad. Una de ellas es el AC Palacio de Santa Ana, un cinco estrellas inaugurado en 2002, edificado sobre las ruinas de un monasterio jerónimo del XVIII. A diez minutos de Valladolid, se trata de un hotel moderno, perfectamente integrado en la arquitectura monacal de arcos de sillería y techos de artesonados de madera, con un gran claustro cubierto.Un poco más lejos, a seis kilómetros de Medina del Campo, La Posada del Pinar pertenece a Posadas Reales, marca de calidad de Castilla y León. El hotelito se ubica en un pinar privado de 130 hectáreas y agrupa un conjunto de edificaciones rehabilitadas, una de ellas del XVII. De esta época datan las tres bóvedas de ladrillo que pueden contemplarse en el acogedor comedor de huéspedes. Las 13 habitaciones son agradables y muy luminosas, pero lo mejor es la paz y el silencio circundante.Cuenca es un importante destino turístico todo el año, aunque en estas fechas cobra mayor relieve gracias al recogimiento de las procesiones que se deslizan por la ciudad, sobre todo cuando se asoman a las hoces. Una de las más célebres es la de las Turbas, también llamada de los Borrachos, que tiene lugar el Viernes Santo, y en la que cientos de personas -los turbos- hacen sonar tambores y trompetas animados por alguna copa de más del conocido resolí conquense. El Parador es un clásico a la hora del alojamiento. Este antiguo convento del XVI posee unas vistas privilegiadas. Bien conservado, cómodo, mantiene el claustro de arcos ojivales, el refectorio -actual comedor-, la antigua sala capitular -hoy cafetería- y una decoración que aúna los elementos tradicionales con el mimbre o el cuero.En pleno casco antiguo y colgada sobre la hoz del Huécar, la Posada de San José es un hotel de encanto singular. Dos de sus plantas dan a la calle y las restantes se descuelgan en impresionantes vistas al Tajo, y se conforman entre viejos muros de piedra, escalones, ventanucos y pasillos enrevesados. Todas las habitaciones son distintas en estética, estructura y tamaño, abominan del teléfono y el televisor, y ganan por la imperfección de sus viejas vigas de madera y baldosas de barro, terrazas, chimeneas o camas con dosel.Tambores y silencioMiles de bombos y tambores resuenan en el Bajo Aragón en estos días. Calanda, Alcañiz, Híjar, Alcorisa, Albalate... ven romper la hora con un sonido estremecedor que comienza al mediodía del viernes y se prolonga hasta la tarde del sábado. Un espectáculo sobrecogedor que ya describiera el cineasta Luis Buñuel, vecino de Calanda. Merece la pena sentir en la piel el retumbar emocionante de los redobles, pero a la hora de dormir lo aconsejable es alejarse del estruendo, recalando, por ejemplo, en la Torre del Visco, una deliciosa masía del siglo XV perdida en mitad del campo, a 40 kilómetros de Alcañiz. Es necesario llegar hasta Valderrobres y, a seis kilómetros, tomar una pista forestal (cinco kilómetros más). El hotel es un relais-châteaux lleno de lujo y buen gusto: sábanas bordadas, piano de cola, bodega, flores, pérgola... Habitaciones coquetas, elegantes y seductoras en medio de una inmensa paz. Una gratificante calma que también comparte La Parada del Compte, en un pueblecito a 25 kilómetros de Alcañiz. Una antigua estación de ferrocarril de los años cuarenta, remodelada con exquisita sensibilidad en hotelito de nueve habitaciones con nombre de paradas ferroviarias (Estambul, Barcelona, Mérida...) que evocan delicias turcas, el modernismo de Gaudí o los mosaicos romanos, sin perder elementos originales como las sólidas paredes, el tejado a dos aguas o las vigas de hierro primitivas. Y en los espacios comunes, una fusión de lo industrial y lo contemporáneo, muy estética.Desde hace varios siglos, en la madrugada del Jueves al Viernes Santo se celebra en Valverde de la Vera, en Cáceres, la noche de los Empalaos, unos penitentes que cargan un timón de arado sobre los hombros desnudos, sujeto a los brazos y el torso con unas sogas enrolladas sobre el cuerpo, vestidos únicamente con unas enaguas antiguas y una corona de espinas. En completo silencio, realizan un vía crucis por todo el pueblo, en medio de una atmósfera impresionante y un inexpresivo pero patente sufrimiento. Y aquí, en pleno valle del Jerte, dos propuestas de alojamiento: la Finca del Carpintero, una casa tradicional, reconvertida en caprichoso hotel por dos neorrurales madrileños. Ella, decoradora, le ha dotado de coquetería a base de suelos artesanos, doseles, estampados toile de Jouy, viejas puertas y detalles rústicos de enorme atractivo. Una casona típica también es el escenario de La Posada de Amonaria, restaurada con mimo y respeto. Suelos de pizarra, patio con pozo, bodega con antiguas tinajas, y los trojes, hoy las habitaciones, que se visten de camas de latón, vigas de madera y cálidas colchas. Además, los dueños, profesores de baile y astronomía, imparten sus conocimientos durante los fines de semana.El acontecimiento más importante del año en Sevilla es la Semana Santa. Perfumada de azahar, se inunda de fieles, vecinos y foráneos; una ciudad que vive estos días como ninguna otra. Esta singularidad se deja ver también en hoteles como Las Casas del Rey de Baeza, al norte del barrio de Santa Cruz. Profundamente reformado y reinaugurado en 2001 por la cadena Hospes, ocupa una vieja casa de vecindad con patios de corrala en blanco y azul, columnas de mármol, suelos de guijarros y muchas plantas. Dentro, tradición y modernidad se dan la mano: pinturas vanguardistas, muebles de estilo colonial, televisor panorámico con DVD o teléfono inalámbrico, además, la posibilidad de disfrutar de una apetecible piscina en la azotea.Una novedad la constituye el Vincci La Rábida, abierto a finales de marzo. El hotel, una casa-palacio del XVIII del céntrico barrio del Arenal, tiene una cuidada estética, fiel a la arquitectura popular sevillana. Todas las habitaciones se ciñen en torno a un precioso patio andaluz, con arcadas y suelos de mármol, antesala de las alcobas, amplias, sin artificios decorativos, pero elegantes y cómodas. Un atractivo añadido es el jacuzzi exterior y la terraza solárium, con unas vistas de ensueño sobre la Giralda y la catedral.

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