Dos congresistas piden investigar los contratos de Halliburton con Defensa
Los problemas de Halliburton no cesan. Los congresistas demócratas Henry Waxman y John Dingell han enviado una carta a la Oficina de Contabilidad General del Congreso donde aseguraban que la filial de Halliburton, Kellog Brown and Root, ha obtenido trato de favor por parte del Departamento de Defensa, al haber recibido cuantiosos contratos no abiertos a la competencia.
Se da la circunstancia de que Dick Cheney, actual vicepresidente de EE UU, fue presidente de Halliburton entre 1995 y 2000. La Comisión del Mercado de Valores mantiene abierta una investigación sobre las prácticas contables de la empresa cuando Cheney era presidente de la compañía.
Los congresistas sostienen que Kellog recibió contratos por más de 624 millones de dólares entre octubre de 2000 y marzo de 2002. Waxman y Dingell recuerdan el precedente de que una investigación similar contra Halliburton reveló que entre 1997 y 2000 infló los precios de sus servicios o pasó facturas al Gobierno por cargos cuestionables.
Contratos en Irak
Entre los contratos que los dos legisladores quieren revisar se encuentra el que Kellog recibió el mes pasado de manos del Cuerpo de Ingenieros de la Armada para apagar el fuego de varios pozos en el sur de Irak, contrato otorgado sin concurso ni límite de precio para su ejecución. La oficina que canaliza, de momento, los contratos para la reconstrucción de Irak, la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), decidió hace dos semanas excluir a Halliburton del contrato, aún no concedido, para la reconstrucción de las infraestructuras en Irak por un importe estimado entre 600 y 900 millones de dólares. La compañía, no obstante, sigue optando a algunos de los subcontratos derivados de esta millonaria concesión.
Y es que la reconstrucción, cuando aún no ha terminado la guerra, se ha convertido en el gran caballo de batalla a nivel interno en la lucha entre demócratas y republicanos, y a nivel internacional. La Cámara de Representantes quiere que las empresas de Francia, Alemania, Rusia y Siria queden excluidas de los contratos derivados de la reconstrucción, por su oposición a los planes bélicos estadounidenses.
Sin embargo, la responsable francesa de Industria, Nicole Fontaine, afirmó ayer que las empresas galas deben tener su 'lugar' en la reconstrucción, dados los vínculos empresariales que el país mantiene con Irak. Si bien Fontaine recalcó que la prioridad es hoy el aspecto humanitario y que 'todavía es prematuro' hablar de la reconstrucción, 'tiene que haber un lugar para todas las empresas susceptibles de participar eficazmente' en la misma, dijo la ministra en una entrevista con la cadena France 2.
Y ese, a su juicio, 'es el caso de muchas empresas francesas', dijo Lafontaine.
La titular de Industria insistió, además, en que pese al enfrentamiento diplomático con EE UU hasta la fecha no ha habido un 'verdadero' boicot de los productos franceses en ese país. 'Naturalmente estamos vigilantes', pero 'no estamos realmente inquietos. Hoy constatamos que se trata de operaciones aisladas', aunque 'contraproducentes'.