El Ecofin descarta una recesión y prevé un crecimiento del 2,25% en la UE 2004
Su apuesta por la indiferencia se basa en el pronóstico de que la guerra contra Irak concluirá antes del verano y en que la segunda mitad del año registrará un incremento sustancial en las tasas de inversión y de creación de empleo. Hasta tal punto, que el comisario de Economía, Pedro Solbes, auguró para la zona euro 'crecimiento del 2,25% en 2004'.
'Nuestra conclusión es que nuestras economías continúan estando sanas y que nuestras políticas van, más o menos, en la dirección adecuada', resumió Nikos Christodoulakis, ministro griego de Economía, la primera jornada de un encuentro que concluye hoy sábado. El griego apostó por un euro fuerte que secunde esta evolución: 'Reiteramos nuestra posición de que su actual tipo de cambio refleja mejor los fundamentos económicos'.
'Por supuesto, todo este escenario presenta riesgos ad infinitum', admitió Solbes, que pasó de puntillas sobre unas variables -prolongación de la incertidumbre, caída del comercio y el turismo, etc.- que, según reconoce la Comisión Europea, abocan a la recesión. Pero 'no esperamos una recesión', descartó tajante Christodoulakis.
El encuentro a orillas del Mediterráneo sólo identificó como asignaturas pendientes la necesidad de restaurar la confianza de empresarios, inversores y consumidores y de avanzar en el proceso de reformas estructurales pactado en el año 2000 en Lisboa.
Respecto a las reformas estructurales -'de los mercados laborales, de productos y de capital', afirma el griego-, los ministros renovaron el compromiso de seguir avanzando 'para llegar a explotar todo nuestro potencial'.
Duisenberg sigue
'Duisenberg será de momento su propio sucesor', ironizó el ministro alemán de Economía, Hans Eichel, a su llegada a una reunión informal de los ministros de la zona euro. La presidencia griega de la UE, en nombre de los Quince, pedirá hoy al presidente del Banco Central Europeo que permanezca en el cargo más allá del 8 de julio, fecha en la que preveía retirarse.
El gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, que debía tomar el relevo, aún no ha superado el proceso judicial en el que se encuentra incurso.