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Guerra en Irak

Villepin advierte que el país árabe 'no es un pastel' a repartir

Los países que han liderado la oposición internacional a la guerra, Francia, Alemania y Rusia, cuestionaron ayer el papel de EE UU y Reino Unido en la posguerra, al considerar que su participación debía limitarse a garantizar la seguridad y que el papel central debe recaer en manos de la ONU.

'La idea de que Irak puede ser una suerte de Eldorado, un pastel que pueden servirse, me parece contraria al buen sentido y a la realidad de un Estado que está sometido a prueba en este momento', aseguró el titular francés de Exteriores, Dominique de Villepin.

'El principio de legitimidad internacional es un principio con el que todos estamos comprometidos y no puede haber discusión sobre el principio ni los términos del mismo', dijo Villepin.

El presidente Bush teme que la posición radical de algunos congresistas dañe en exceso las relaciones con algunos socios comerciales

'En la fase armada, en la fase de seguridad, la responsabilidad principal es, obviamente, de las fuerzas de la coalición presentes en el país', dijo. 'Más allá de eso, Naciones Unidas debe jugar un papel central en la solución de la crisis iraquí'.

Villepin se reunió ayer con sus homólogos de Alemania, Joschka Fischer, y Rusia, Igor Ivanov. A juicio de los tres, sólo Naciones Unidas tiene la autoridad legítima necesaria para dirigir las operaciones de posguerra.

Según los ministros, ésa fue, además, la posición unánime expresada por los países europeos y los miembros de la Alianza Atlántica al secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, el pasado jueves.

'Está claro que esta guerra debe terminar, cuanto antes mejor para todos, incluido EE UU. Hablar sobre ningún esquema claro de reconstrucción para Irak es, como mínimo, prematuro', dijo Ivanov.

La televisión iraquí mostró ayer en diversos momentos varias imágenes supuestamente del presidente Sadam Husein, en lo que se supone que es una visita a un área residencial de Bagdad. Al fondo se pueden observar columnas de humo. Sadam, vestido con uniforme militar, aparecía aclamado y jaleado por sus ciudadanos. No hay posibilidad de confirmar la veracidad de los documentos mostrados ni la fecha en que fueron recogidos.

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