Los accionistas de Quiero inyectan 283 millones para liquidarla
Los accionistas de Quiero han tomado ya la decisión de cómo sanearán las pérdidas y la deuda de la cadena de televisión digital terrestre que dejó de emitir regular en junio del pasado año.
El consejo de administración de la empresa, hoy sin actividad, ha convocado una junta de accionistas para el próximo 28 de abril al objeto de formalizar un macroplan de saneamiento de la compañía antes de proceder a la liquidación.
El plan diseñado pretende poner en marcha una operación acordeón. La primera fase supondrá una reducción del capital social que actualmente asciende a cero, actualmente asciende a un total de 97,2 millones de euros.
Esta reducción se lleva a cabo con el objetivo de 'restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio disminuido por las pérdidas acumuladas de la compañía'.
Después de esta operación los accionistas han decidido llevar a cabo una ampliación de capital de 283 millones de euros, con emisión de nuevas acciones, y que en principio está previsto que se suscriba tanto a través de la capitalización de deudas ostentadas por los propios accionistas frente a la sociedad o mediante aportaciones dinerarias.
Fuentes del grupo Auna, socio mayoritario de Quiero TV, explicaron que asumirán 146 millones de euros en la citada ampliación. Auna controla en la actualidad el 73% de Quiero TV, después de que recientemente haya adquirido las participaciones que mantenían en la compañía el grupo Carlton (6%) y Media Park (18%). Sólo le acompaña ya en el accionariado el grupo Planeta, a través de su instrumental Sofisclave 98.
El consejo propondrá también a la junta de accionistas la aprobación de una renovación del consejo de administración y trasladar el domicilio social de la compañía.
Espectro disponible
Fuentes de la empresa aseguraron que el espectro radioeléctrico asignado a la cadena de televisión digital terrestre cuando estaba activa se encuentran ya plenamente a disposición del Gobierno. Este espectro tenía capacidad para contener cuatro múltiplex en cada uno de los cuáles caben cuatro programaciones.
En uno de esos múltiplex se encuentran ubicados dos nuevos canales de televisión digital, VEO, del Grupo Correo Prensa Española, y NET, vinculado a Recoletos. Ambos canales comenzaron a emitir coincidiendo con el cese de actividad de Quiero.
Los tres múltiplex y medio restantes se han convertido en la clave del relanzamiento del proyecto de la televisión digital terrestre TDT, que en estos momentos se encuentra en una situación de total estancamiento.
Precisamente se cumplió ayer el primer año de emisiones en digital de los cinco canales de televisión nacionales con más difusión, sin que durante estos 12 meses existieran equipos para poder recibir sus señales.
La distribución de este espectro a TVE 1 y La 2, Antena 3, Tele 5 y Canal + es una de las exigencias para que estos canales apuesten por el relanzamiento de la TDT.
De lo que fuera uno de los más ambiciosos y costosos proyectos de lanzamiento de la nueva televisión digital, que además estuvo apadrinado por personas cercanas al poder político, apenas quedan vestigios. Con la marca Quiero se mantiene una emisora de radio y un canal de televisión digital que se emiten en Madrid con una programación básicamente apoyada en contenidos musicales enlatados. De estas actividades se ocupa una reducidísima plantilla de media docena de personas.
El rastro más visible de lo que fuera un gran proyecto, no obstante, se encuentra cada domingo en los campos de fútbol. Los árbitros españoles lucen todavía en sus camisetas la marca distintiva de la plataforma digital: el bocadillo de una viñeta de cómic.
La dirección de Quiero televisión recuerda que la introducción de publicidad en las camisetas de los árbitros fue un acuerdo logrado con el organismo que agrupa a los colegiados y supuso todo un hito en la historia de este colectivo. Una vez que la televisión digital terrestre suspendió sus actividades, se entablaron negociaciones para resolver este contrato. Se alcanzó un acuerdo, pero el colegio de árbitros argumentó que equipar de nuevo a todos los colegiados suponía una inversión que no estaba dispuesto a realizar.