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Bolsas en el Mundo

Wall Street pasa de puntillas sobre la debilidad económica

Cegados por el optimismo que inundó los mercados en las jornadas previas al inicio de la guerra en Irak, los inversores estadounidenses olvidaron que la economía estaba enferma. Una vez que los partes del frente empiezan a ser vistos como rutina y el estancamiento del conflicto es un hecho, Wall Street se encuentra con EE UU al borde de la recesión.

Pese a los malos datos económicos conocidos ayer, los inversores optaron por abalanzarse sobre los valores más castigados. El resultado fue una jornada cargada de chicharreo que permitió, a una hora del cierre, una subida del 0,96% en el Dow y del 0,79% en el Nasdaq, las primeras alzas en cinco sesiones.

Sin embargo, el repunte no ocultó la preocupación de Wall Street tras conocerse las cifras de actividad industrial de marzo, representadas por el índice ISM (antiguo NAPM). Este indicador marcó el mes pasado un nivel de 46,2 puntos, frente a los 50,5 enteros de febrero. Cualquier lectura por debajo de 50 indica una contracción en el sector industrial.

El ISM marzo supone la primera contracción de la actividad industrial desde el mes de octubre y la lectura más baja desde noviembre de 2001, cuando el índice alcanzó los 45,7 puntos. La actividad industrial representa una sexta parte del conjunto de la economía estadounidense y la estadística demuestra que, cuando el ISM se sitúa por debajo de 42,7 puntos durante más de un periodo, el crecimiento es negativo.

El otro dato económico conocido ayer tampoco fue muy halagüeño. El gasto en construcción cayó en febrero un 0,2%, el primer descenso desde agosto, aunque en este caso el mercado esperaba una caída mayor.

Algunos analistas señalaban ayer que los avances de Wall Street se deben a que el mercado había ya descontado una mala cifra del ISM en la jornada anterior, cuando el índice de actividad industrial de Chicago cayó más de lo previsto. Otros expertos, sin embargo, destacaban que las subidas de las Bolsas son un reflejo del exceso de optimismo que se respira aún en Wall Street y que puede tener unas consecuencias nefastas en el medio plazo, cuando la realidad económica estalle en las narices de los bulls (alcistas).

Se impone el chicharreo

La búsqueda de ganancias rápidas sirvió ayer como terapia para olvidar el frente bélico y las enfermedades económicas. Un buen ejemplo fue la subida de AMR (el 37,62% a una hora del cierre). El grupo propietario de American Airlines continuó con la escalada alcista del lunes, cuando avanzó el 40% tras anunciar a última hora un acuerdo con sus trabajadores que permite a la compañía evitar, por ahora, la suspensión de pagos.

Otro nombre que corría de boca en boca entre los operadores fue Concord, una compañía procesadora de transacciones electrónicas, que subía el 26,6% tras conocerse que prepara una fusión con su rival First Data. En una jornada donde los chicharros marcaron la pauta, la eléctrica Reliant Resources se apuntaba una subida del 10,67% después de conseguir una extensión a su línea de crédito por parte de un grupo de bancos que permitirá a la compañía hacer frente a la refinanciación de una parte de su elevada deuda.

Aunque no todo fueron alegrías por el lado empresarial. En este sentido Wall Street tuvo que lidiar con dos anuncios de beneficios menores de lo previsto. Por un lado el de la cadena de tiendas de artículos electrónicos Best Buy, que sin embargo ganó el 20%, y por otro, el de Pier 1 Imports, una empresa dedicada a la venta de muebles, que retrocedía el 4,16%.

Entre los blue chips destacó una jornada más la caída del grupo tabacalero Altria (-6,58%). Los inversores ven cada vez más cerca la suspensión de pagos por parte de esta compañía, propietaria de la marca Phillip Morris y una de las empresas con más solera del índice Dow Jones, al considerar que lo va a tener muy difícil para reunir los fondos necesarios que le impone como fianza el Gobierno para poder apelar a una sentencia judicial que le obliga a pagar una multa de 10.000 millones de dólares.

El mercado de deuda se mantuvo ayer estable con caídas muy tímidas en los precios del bono estadounidense a 10 años, que cerró con una rentabilidad del 3,84%.

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