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Los operadores de Bolsa emigran de Wall Street

Si se quiere averiguar qué está pasando en Wall Street, un buen lugar está a cientos de kilómetros, en un edificio de oficinas a las afueras de Nashville (Tennessee). Allí, un banco de inversión de 52 personas fundado hace 20 meses, Avondale, está contratando gente y aceptando refugiados de las principales firmas de valores de Nueva York.

El presidente y cofundador de Avondale, Patrick Shepherd, ha llevado a analistas jefe que trabajaron para Merrill Lynch y banqueros de inversión y operadores que formaban parte de Deutsche Bank y Citigroup. Y a diario llegan más currículos de Nueva York, dice Shepherd, de 47 años. 'No nos establecimos para crear un banco de inversión de 3.000 personas', dice, 'pero tal vez acabemos siendo así de grandes'.

Las proyecciones de Shepherd dicen mucho sobre la caída del empleo en Wall Street. Desde que inició el mercado bajista en marzo del 2000, las firmas de valores con sede en Nueva York han eliminado 79.500 empleos -los mayores recortes en un cuarto de siglo- según la Asociación del Sector de Valores.

Muchos de los nuevos contratados de Avondale no son desempleados, y su interés en huir de Manhattan para incorporarse a una firma de reciente creación a mil kilómetros dice más sobre la agitación en Wall Street, que ha cambiado la forma en la que banqueros, operadores y analistas hacen su trabajo.

Con las nuevas reglas que hacen su vida más difícil y las firmas de valores de la vieja guardia luchando para adaptarse a la mayor competencia de los bancos comerciales, los reclutas de Avondale están buscando un cambio en su estilo de vida. Y hay uno drástico: aceptan un salario anual máximo de 100.000 dólares (unos 93.000 euros), vuelan con la aerolínea de bajo precio Southwest y, si su hotel cuesta más de 140 euros la noche, lo pagan de su bolsillo.

El fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, subrayó la nueva realidad en un salón de la Bolsa en diciembre cuando anunció que 12 firmas de valores de EE UU pagarían 1.400 millones de dólares para solucionar una investigación de 10 Estados, la SEC y otros reguladores. Las firmas, dijo, habían aconsejado mal a los inversores con análisis tendenciosos para obtener jugosos contratos de banca de inversión. Este acuerdo puso fin a años de revolución que transformaron la estructura de los mercados. Wall Street ya no está dominada por un puñado de firmas de la vieja línea, que buscan lucrativos contratos de ofertas públicas de venta de acciones y fusiones y adquisiciones.

Los supermercados financieros mundiales como Bank of America, Citigroup y JP Morgan han entrado en los negocios tradicionales de Wall Street y el papel de operadores, banqueros y analistas también cambió. Los días en que analistas como Mary Meeker (Morgan Stanley) y Henry Blodget (Merrill) podían mover mercados con una recomendación terminaron, dice Tracy Stoneman, abogada que representa a inversores. En los últimos dos años la colocación de valores cayó un 25%, hasta 154.000 millones de dólares en 2002. En virtud de que se puede ganar poco vendiendo acciones, los operadores que sólo venden valores están en extinción.

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