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Ataque militar

Unos 6.000 soldados aliados avanzan hacia Bagdad

Unos 6.000 soldados anglo-estadounidenses afrontaron ayer los combates cara a cara más violentos contra la Guardia Republicana Iraquí, leal a Sadam. Los soldados estadounidenses libraron un intenso combate contra las tropas iraquíes en la ciudad de Hindiya, a unos 80 kilómetros al sur de Bagdad. Las tropas aliadas también se aventuraron en Hilla, a 110 kilómetros de la capital. Los oficiales de EE UU informaron de que varios milicianos y, al menos, un estadounidense murieron en este último frente.

Para contestar a las crecientes críticas a lo que se considera un planteamiento erróneo, el Comando Central ha lanzado una gran ofensiva para acelerar el avance hacia la batalla final. Un convoy de unos 6.000 soldados avanzó ayer 32 kilómetros en el camino hacia Bagdad. Además, los estrategas estadounidenses han enviado un contingente de 5.000 hombres para apoyar a los 7.000 que intentan doblegar desde casi el inicio de la ofensiva la resistente localidad de Nasiriya.

'Estamos llegando al bastión del régimen', afirmó ayer el general Vincent Brooks en la rueda prensa diaria del Comando Central, establecido en Doha (Qatar). El oficial estadounidense aseguró que la Guardia Republicana de Sadam está atravesando 'serias dificultades' y que aliados dominan ya el 'desierto occidental'. Las declaraciones triunfalistas de los aliados fueron contestadas por el bando iraquí. El régimen de Sadam informó ayer de que, durante el fin de semana, había causado 43 bajas entre los 'mercenarios invasores'. 'Cada día que pasa los aliados se hunden más en el fango de la derrota y sus pérdidas van en aumento', aseguró el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Najib Sabri.

De todos los frentes abiertos al inicio de la operación Libertad para Irak, los aliados sólo han logrado un relativo éxito en la toma del puerto de Umm Qasar y el control del campo petrolífero gigante de Rumaila, también en el extremo sur del país. Las localidades de Basora y Nasiriya, alcanzadas al comienzo de la contienda, han demostrado una fortaleza inesperada para los estrategas del Pentágono. Las tropas británicas y estadounidenses tienen cercadas ambas ciudades, pero hasta ahora no se han atrevido a entrar en ellas: saben que les esperaría una sangrienta guerra urbana en la que el potencial número de bajas militares y civiles es muy elevado.

Los aliados han comprendido ahora que no podrán asediar la capital iraquí si no tienen garantizada la seguridad de los suministros para los contingentes. Esta seguridad pasa por el control de ciudades clave con Basora como punto de partida y Nasiriya, Samawah, Nayaf, Hilla y Kerbala en la ribera del æpermil;ufrates y Kut en el margen del río Tigris.

Apoyo aéreo

Las dificultades que padecen los contingentes de EE UU y Reino Unido han obligado a un cambio de estrategia, según reconoció ayer el portavoz de la Fuerza Aérea Real (RAF) británica, el coronel John Fynes. El militar explicó que la aviación aliada está realizando ahora operaciones de apoyo a las fuerzas terrestres. En este sentido, Faynes apuntó que los aviones de la ofensiva lograron destruir 14 tanques iraquíes en Basora. 'Estamos haciendo un enorme daño a la Guardia Republicana', aseguró el oficial, que reconoció que las bajas civiles eran inevitables.

Las ofensivas contra Nasiriya, Samawah, Nayaf, Hilla y Kerbala también se han visto apoyadas por los bombardeos aliados. En el frente norte, los bombarderos B-52 volvieron a castigar ayer a las localidades de Mosul y Kirkuk. En esta zona del frente, el grueso de las tropas está constituido por los guerrilleros independentistas kurdos, los peshmerga. Estas milicias, escasamente armadas, apoyan a las tropas de élite enviadas por EE UU, que tuvieron que cambiar sus planes sobre la marcha, ante las prisas por iniciar el ataque y la negativa de Turquía a autorizar el despliegue de 62.000 soldados estadounidenses.

Desde que comenzó la guerra, en la madrugada del 20 de marzo, el número de bajas entre los civiles iraquíes asciende a 589, según la información suministrada por el régimen de Bagdad. Los estadounidenses han informado de, al menos, 46 bajas y 17 desaparecidos. En el caso de Reino Unido, los muertos son 25. La mayoría de los efectivos de la coalición invasora no han perecido en el campo de batalla, sino en accidentes o víctimas del denominado fuego amigo, es decir, atacados por error por sus propios compañeros.

Por otra parte, Bagdad volvió a recibir ayer el castigo de la aviación aliada que inflige bombardeos diarios y ahora casi constantes con el objetivo de minar la moral del régimen iraquí. En esta ocasión, la fuerza aérea se arriesgó más de lo acostumbrado y en un vuelo a muy baja altura atacó con éxito un complejo presidencial del centro de la capital, usado frecuentemente por Qusay Husein, hijo del dictador iraquí.

El Ministerio de Información y el centro de la televisión estatal también fueron objeto de intensos bombardeos. Los ataques aliados provocaron que la emisión de la televisión pública fuera interrumpida durante cuatro horas.

Dos centros de telefonía también fueron destruidos en el ataque aliado. La dureza de los bombardeos dirigidos por EE UU y el Reino Unido ha hecho prácticamente imposibles las comunicaciones telefónicas en la ciudad. La ofensiva aliada también ha acabado con la vida de cerca de 75 civiles en tres ataques con misiles que la semana pasada impactaron en barrios residenciales.

Viaje de Powell

Ante el fracaso diplomático que está suponiendo la ofensiva, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, partirá hoy a Europa. El jefe de la diplomacia estadounidense visitará las capitales turca, Ankara, y comunitaria, Bruselas. La visita a Turquía es vital, dados los reveses que la relación entre ambos países ha sufrido a causa de la guerra.

De hecho, los ataques sufridos a manos de la población local han obligado a las tropas estadounidenses establecidas en la provincia de Mardin (sureste de Turquía) a suspender el traslado de sus equipos al puerto de Iskenderun, en el Mediterráneo. El jueves, Powell se reunirá con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y la OTAN.

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