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Trimestre en las bolsas

El Ibex aguanta el bombardeo

A pesar de la incertidumbre por la guerra, el Ibex cerrará el trimestre prácticamente en los mismos niveles de enero. La española es ahora mismo la mejor plaza de Europa

La guerra se está cebando con las Bolsas, sí, pero no con todas por igual. La incertidumbre que han sufrido los mercados a lo largo del primer trimestre del año -que finaliza el próximo lunes- y el comienzo del ataque anglo-americano a Irak han teñido de rojo los mercados de valores, algunos de los cuales, principalmente europeos, acumulan caídas superiores al 10% desde el 1 de enero. Pero no es la tónica general. La Bolsa española ha sabido, de alguna manera, lidiar con las malas noticias y la volatilidad, hasta el punto de que cerrará el trimestre prácticamente a los mismos niveles de comienzos de año. El Ibex, de hecho, es el mejor índice europeo en lo que va de año, gracias principalmente a la estabilidad económica en América Latina de los últimos meses. El balance trimestral arroja una exigua caída del 0,13%, frente a índices como el FTSE de Londres, el Cac parisino o el Dax alemán, que acumulan unas pérdidas del 6%, el 11% y el 12%, respectivamente. 'Todo depende del periodo temporal que se tome', sostiene Pedro Mirete, director de Estrategia de Ahorro Corporación Financiera. 'El Ibex 35, en ejercicios anteriores, se vio muy penalizado por su elevada exposición a América Latina'.

A falta de una sesión para finalizar el trimestre, la jornada de ayer transcurrió con pesimismo, pero el Ibex logró cerrar la sesión con una leve subida del 0,11%. La semana, por su parte, ha concluido con un descenso acumulado del 3,66%, al cundir el temor entre los inversores a que la guerra sea más larga de lo previsto. La peor parte se la han llevado las compañías de servicios más perjudicadas del conflicto: Amadeus (-10,52%), NH Hoteles (-9,87%) e Iberia (-8,84%).

La crisis argentina, primero, y la brasileña después penalizaron con fuerza a las grandes compañías del índice el año pasado. 'América Latina se muestra ahora estabilizada y parece que va a ir a mejor', asegura Ana Rivero, directora de análisis de Banif. Mariola Cobos, responsable del departamento de análisis de Consors España, redunda en esta idea: 'Los últimos datos macroeconómicos reflejan el asentamiento de las bases para que se inicie la recuperación de la zona'.

No es ésta la única razón del buen comportamiento relativo de la Bolsa española. Los analistas destacan la fortaleza de la economía española como otra de las claves. La previsión de crecimiento para 2003 se sitúa en el 2%, frente al 0,5% que, por ejemplo, se espera en Alemania. 'La solidez que está demostrando España respecto al resto de la zona euro, al presentar unas cuentas saneadas y mayores crecimientos, sigue redundando en los positivos resultados alcanzados por muchas compañías, algo que contrasta con lo que ha sido tónica general en otros países europeos', explica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

Ello ha permitido que una veintena de valores de los 35 del Ibex haya cerrado el trimestre con ganancias acumuladas, entre ellos algunos de los pesos pesados como Telefónica (7,04%), Repsol (7,54%) o Endesa (3,86%). 'Al contrario que en otros países de Europa no ha habido problemas contables o de negocio', apunta Ana Rivero. 'Telefónica, por ejemplo, ya ha llevado a cabo su reestructuración'. Sí se han visto penalizados, por el contrario, los grandes bancos españoles, el Santander (-6,88%) y el BBVA (-12,06%), a raíz del contagio por los riesgos de una crisis financiera en Alemania.

Subidas superiores al 10%

Al margen de volatilidades e incertidumbres, muchos valores han aprovechado los movimientos corporativos para anotarse subidas superiores al 10%. La más notable, sin duda, la de Metrovacesa, que ha acumulado una ganancia del 29,5% en el trimestre gracias a la opa lanzada por los grupos italianos Quarta y Astrim por el 100% de su capital. Iberdrola, en la misma línea, ha sumado un 12,21%, tras la oferta de compra lanzada por Gas Natural. Esta compañía se ha visto penalizada, sin embargo, con un descenso del 15,61%.

Desde que comenzara la guerra, el pasado 19 de marzo, la volatilidad de la Bolsa ha sido, si cabe, más acusada. Los índices se han movido a golpe de noticias y rumores en torno al avance aliado en Irak, subiendo con las buenas noticias y cayendo con las malas, según interpretaran los inversores que la guerra va a ser más o menos larga. Entre los máximos y los mínimos registrados en lo que transcurre de guerra el Ibex ha oscilado un 6,4%, frente a una caída desde el inicio del ataque del 2,3%.

Y ello a pesar de que la sensibilidad de la Bolsa española a los movimientos generales del mercado (lo que se denomina beta) es menor que la de sus homólogas europeas. 'El tener una beta menor ha permitido que el Ibex se comporte mejor en términos relativos que otras plazas europeas', explica Pedro Mirete. 'Eso se debe a que el peso de las compañías de crecimiento en el índice es menor', añade. Sin embargo, los analistas coinciden en que esta ventaja en las caídas puede resultar un lastre si tiene lugar un fuerte rebote de los mercados. En caso de producirse, estaría liderado por valores de crecimiento muy castigados. Los analistas coinciden en que en este contexto la Bolsa española reaccionaría con retraso y menos ímpetu.

'Entendemos que en un escenario de Bolsas alcistas, que conllevaría un rápido desenlace de la guerra en Irak, los mercados más castigados y que se han comportado más volátiles serían los que recuperarían terreno más rápidamente', señala Juan José Fernández-Figares, de Link Securities. 'En este escenario la Bolsa española tendría un comportamiento relativo algo peor'. Del mismo modo, según Figares, un enquistamiento de la guerra provocaría que la Bolsa española mantuviera un mejor comportamiento con respecto a otros mercados.

Ahí es donde está la incógnita para los próximos meses: en la duración de la guerra. Numerosas casas de análisis han apostado hasta el momento por una guerra corta, a cuyo fin comenzaría la recuperación de las Bolsas, de los datos macroeconómicos y el descenso del precio del petróleo. Los últimos acontecimientos y declaraciones, sin embargo, no aseguran esta posibilidad. Más pendientes de las noticias del frente que de las perspectivas a medio plazo de las compañías, las Bolsas han reaccionado mal a finales de esta semana a las palabras de George W. Bush afirmando que la guerra está lejos de acabar. Entretanto, el Fondo Monetario Internacional ha alertado de la posibilidad de una entrada en recesión económica mundial si la guerra se extiende demasiado.

¿Qué se puede esperar, entonces, para el segundo trimestre? Partiendo del hecho de que es imposible predecir de momento la duración del conflicto, los analistas prefieren decantarse por un escenario más benigno. 'Para el segundo semestre pensamos que la Bolsa presentará un comportamiento más favorable', afirma Mariola Cobos, de Consors. 'Basamos este escenario en la hipótesis de que la guerra no durará tanto tiempo y, al ser el factor que más está penalizando en las Bolsas, su fin supondrá una recuperación importante', continúa. Son muchos los expertos que consideran que el final del conflicto provocará una inmediata caída de la prima de riesgo desde el 6% actual hasta el 4% o el 5%, provocando un rebote impetuoso de los mercados. 'Hacer depender toda la infravaloración de los mercados a la prima de riesgo no es bueno. Es mejor fijarse en qué beneficios se están descontando', matiza Pedro Mirete, de Ahorro Corporación.

'En el escenario más probable y beneficioso para las Bolsas, un conflicto corto y limpio, la renta variable experimentará un fuerte tirón inicial que irá acompañado del fortalecimiento del dólar, la caída del petróleo, así como de los bonos y el oro', señala Fernández-Figares. Entretanto, y mientras dure la guerra, los analistas prefieren la cautela. 'Yo no me atrevería a entrar ahora en el mercado', reconoce Ana Rivero, de Banif. 'Se están descontando demasiadas cosas buenas'. Esta analista prefiere fijarse a corto plazo en compañías de las denominadas valor. Es decir, empresas con beneficios recurrentes que se encuentren infravaloradas en Bolsa.

Defensivos durante el conflicto

Ana Rivero no descarta bajadas de los índices a medio plazo, y desecha un crecimiento fuerte. Por esa razón se decanta de momento por valores de corte defensivo como los pertenecientes al sector farmacéutico, petrolero y de alimentación. Mariola Cobos coincide bastante con esta apuesta. 'En el periodo que dure la guerra lo ideal es estar en valores defensivos (construcción, inmobiliarias, autopistas, redes de transporte de electricidad y energía), mientras veamos dificultad en el avance de los aliados, y en títulos que representen a empresas cuya actividad se vea especialmente dañada por la guerra cuando veamos que hay indicios de victoria por parte de las tropas anglo-americanas'. Cobos menciona para este segundo escenario sectores como el de transportes, hoteles e incluso valores de crecimiento como telecomunicaciones o bancos, cuya actividad ha quedado mermada por la paralización de la recuperación.

¿Y después? Siempre que el escenario resultante sea el más favorecedor (guerra corta), los analistas se decantan por valores de crecimiento, líquidos y de gran tamaño. 'Inicialmente, y para poder aprovechar mejor el tirón, creemos que conviene estar posicionado en los valores de mayor capitalización y liquidez, que da la casualidad que en nuestra Bolsa presentan unas betas más elevadas: Telefónica, BBVA, SCH y Endesa', asegura Fernández-Figares. 'Creemos que en una primera fase de recuperación los valores de pequeña y mediana capitalización quedarán algo rezagados'.

Un periodo intenso en movimientos corporativos

Las oscilaciones a que ha asistido el mercado español en el primer trimestre no ha venido tan sólo de la incertidumbre bélica. Numerosas compañías cotizadas han iniciado el año con renovada fortaleza y apetito por su competencia, en lo que ha sido todo un baile de opas y fusiones, en el que se han aprovechado la caída de precios de las acciones característica de mercados bajistas.El 15 de enero, ACS lanzaba una oferta por el 10% de Dragados, que se sumaba al 23,5% que ya poseía de la sociedad tras comprar la parte de que se deshizo el Santander. El precio de la oferta se fijó en 22,22 euros por título.Apenas una semana después, el 22 de enero, el mercado inmobiliario español asistía a una opa hostil por el 75% de Metrovacesa lanzada por los grupos italianos Quarta Ibérica y Astrim. Posteriormente ampliaron la oferta al 100% del capital de la española y esta semana han revisado al alza el precio a 27 euros por título, desde los 25 euros de la opa inicial. De momento no se descarta la entrada en liza de algún grupo español e incluso que la opa italiana sea mejorada para atraer a los inversores institucionales.El sector inmobiliario ha protagonizado muchos de los movimientos corporativos de este trimestre, en una carrera hacia la concentración que comenzó hace ya tiempo. El 27 de enero de este año, también Vallehermoso y Sacyr anunciaban su fusión.Pero, sin duda, una de las operaciones más ambiciosas este trimestre es la de Gas Natural, que lanzó una opa hostil el 10 de marzo por el 100% del capital de Iberdrola. La oferta ha creado división dentro del consejo de administración de la compañía gasística, donde tienen mayoría Repsol y La Caixa. La caja apoya la opa, pero no así la petrolera hispano-argentina.

La situación en América Latina se estabiliza

La toma de posesión de Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil, el 1 de enero, es quizás el acontecimiento más representativo del comienzo de la estabilidad en América Latina. La posibilidad de que un 'izquierdista' como Lula ganara las elecciones había provocado el pánico entre los inversiones extranjeros en la región con la consiguiente desestabilización del real brasileño. Meses antes, la crisis Argentina ya pesaba en las cuentas de resultados de las empresas españolas con intereses en la zona.'Los datos de Brasil y Argentina mejoran relativamente nuestra percepción de la zona', aseguran los analistas del Servicio de Estudios de Caja Madrid, quienes resaltan la buena evolución de la economía brasileña desde la llegada de Lula al Gobierno, traducida en un dato del PIB del cuarto trimestre mejor al esperado y el freno de la depreciación del real desde mediados de enero.Argentina también parece haberse situado en la senda apropiada. Los indicadores de actividad se están recuperando, el tipo de cambio entre el peso y el dólar se ha estabilizado, se ha desacelerado la inflación y el Fondo Monetario Internacional ha dado el visto bueno a las cuentas del país.'Sin embargo', matizan en Caja Madrid, 'existe el riesgo de que el escenario internacional se complique a corto plazo y afecte negativamente a la zona, dada su elevada dependencia de la financiación externa'.

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