La inspección critica el apoyo del defensor del contribuyente a la ingeniería fiscal
Extraña y preocupa a la Asociación Profesional de Inspectores de Finanzas de Hacienda del Estado (Apife) que se lancen mensajes de que el fraude cualificado es perfectamente lícito para ahorrar impuestos, como si de elegir entre opciones legales se tratara'. De esta forma se manifiestan los inspectores por las declaraciones del defensor del contribuyente, José Juan Ferreiro, en las que, en una entrevista publicada por Cinco Días, mostró su apoyo a que el contribuyente no sea sancionado en los casos de fraude de ley.
Esta asociación, que según aglutina a más del 80% de los inspectores de Hacienda, teme que en la trastienda de estas afirmaciones puedan estar los intereses de los grandes despachos de asesores fiscales, 'pendientes de librar a sus clientes de sanciones', aclara Juan Miguel González, portavoz de la Apife.
Según esta asociación, 'el comportamiento del defraudador fiscal se ha cualificado'. Ignacio Fadón, presidente de Apife, cree que en la legislación aún hay zonas oscuras 'que están motivando que las vías de fraude se desplacen hacia sistemas sofisticados, buscando esas zonas oscuras o utilizando planificaciones fiscales abusivas'.
El malestar de los inspectores surge porque el defensor del contribuyente afirma que 'cuando alguien habla de ingeniería fiscal o de fraude cualificado está hablando de medios lícitos para ahorrar impuestos'. Para los inspectores, 'tales aseveraciones pueden llevar a los ciudadanos a confusión'. Y entienden que 'actitudes condescendientes con la ingeniería fiscal pueden contribuir a crear un estado de opinión que legitime comportamientos contrarios a la justicia tributaria'.
Por su parte, el defensor del contribuyente cree que esta reacción de los inspectores puede deberse a que no entienden qué es y qué no es ingeniería fiscal. Y aclara que el derecho tiene figuras como el fraude de ley, la simulación o la economía de opción con las que hay que ser cuidadoso y en las que el Tribunal Constitucional ha dejado claro que en los casos dudosos no se pueden poner sanciones. A su vez, los inspectores reconocen que el problema al que se enfrentan es la prueba.
Para explicar por qué la ingeniería fiscal es lícita para ahorrar impuestos, Ferreiro pone un ejemplo. Un padre quiere donar a su hija 180.000 euros. Si lo hace en una sola entrega pagará impuestos, pero si cada tres años le entrega 60.000 euros no pagará nada. Realizar tres donaciones, persiguiendo el ahorro fiscal, es ingeniería y es lícito, y 'lo lícito no puede ser ilícito', aclara Ferreiro.
Un caso confuso puede ser el de una persona que quiere comprar una casa y otro venderla. En lugar de hacer una compraventa, gravada al 7%, constituyen una sociedad, gravada al 1%. Uno aporta la casa y el otro socio 300.000 euros. Se liquida la sociedad y el socio que fue titular de la casa se queda con el dinero y el otro, con el inmueble. Un inspector debe probar que los contribuyentes querían una compraventa y no una sociedad. Si así era y además había voluntad de engañar, será una simulación y habrá que sancionarla. Pero si nada de esto se prueba, un asesor dirá que es una economía de opción. La Apife reconoce las 'dificultades jurídicas en el descubrimiento y desenredo de los fraudes cualificados'. Al tiempo que asegura que 'nuestra legislación se encuentra muy lejos de considerar como lícitas las operaciones del fraude cualificado'.