El CIS anticipa que el PP pagará un alto precio político por su apoyo a la guerra
El grado de incidencia electoral del conflicto con Irak puede medirse a partir de tres datos proporcionados ayer por el CIS: el 77% de los ciudadanos se muestra muy interesado por su evolución, al 83% le preocupa y el 80% considera que afecta directamente a España.
La forma en que ha calado la ofensiva de la oposición contraria a la guerra también se ve reflejada en la encuesta. El 91% rechaza el ataque militar, el 67% considera que España debería adoptar una actitud neutral ante el conflicto y el 60% ve mal el comportamiento del Gobierno en el mismo. La oposición salva su papel, pues sólo el 20% de los encuestados opina que ha elegido un mal camino ante la crisis iraquí. El nivel de contestación a Estados Unidos es muy similar y queda instalado en el sondeo en el 62%.
El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, intentó ayer relativizar la importancia de estos datos. Al hecho de que el conflicto ocupe el tercer lugar en la lista de preocupaciones de los ciudadanos, sólo por detrás del paro y el terrorismo de ETA, no hay que darle más importancia porque, argumentó el alto cargo gubernamental, la crisis de las vacas locas y del Prestige también absorbieron durante un tiempo las inquietudes de los españoles y luego se han disipado.
Fernández Díaz opinó que la situación política, que el 35% de los encuestados califica de mala o muy mala y que ha empeorado siete puntos desde enero, también es remontable una vez finalice la tensión bélica. En el Gobierno se considera que incluso los datos que pueden provocar mayor desasosiego en el Partido Popular tienen una justificación. 'No estamos pensando en las elecciones del 25 de mayo sino en las próximas generaciones. El mejor legado para ellas es un mundo seguro. No vamos a cambiar seguridad por votos. Los españoles acabarán por comprendernos', comentó Fernández Díaz.
Peligro internacional
El sondeo del CIS, elaborado a partir de 2.500 entrevistas y concluido el 28 de febrero, 20 días antes del inicio de la guerra, arroja también algunos indicios de los aspectos clave de la doctrina oficial a los que han sido permeables los ciudadanos. Entre ellos cuenta la percepción muy amplia que hay sobre el peligro internacional que representa el actual régimen de Irak. El 60% de los encuestados apoya esta línea de pensamiento, frente al 27% que no comparte esta sensación de riesgo. Además, el 58% cree que Irak oculta armas de destrucción masiva y el 54% que hay relación entre el régimen iraquí y el terrorismo internacional, frente al 22% que no comparte esta opinión.
El barómetro del CIS demuestra también que crece el escepticismo respecto a la mejora de la situación económica. Si el pasado diciembre el 17,5% pensaba que el año que viene la coyuntura iría a peor, ahora este porcentaje se eleva al 25%. La mayoría de los consultados, el 50%, califica la coyuntura de regular, mientras que el 26% la percibe con optimismo y el 21% con claro pesimismo.
Los resultados de esta encuesta oficial sirvieron de pretexto al PSOE para presentar una nueva moción en el Congreso en la que insta al Gobierno a promover cuantas acciones bilaterales o multilaterales sean necesarias para frenar 'inmediatamente' la guerra, conseguir que Naciones Unidas administren el territorio iraquí y que las tropas españolas regresen o actúen bajo el mandato de la ONU. La moción dará ocasión para otro debate parlamentario y para que la oposición consolide su frente común ante la soledad del PP.
Aznar no ve razones para adelantar las elecciones
El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer en declaraciones a Onda Cero que no ve 'ninguna razón' para cambiar las fechas previstas para la designación de su sucesor en el cartel electoral, ni tampoco para anticipar las elecciones generales. Esta última posibilidad le fue insinuada el miércoles por José Luis Rodríguez Zapatero durante el debate mantenido en el Congreso.'Tengo unos compromisos asumidos y esos compromisos los voy a cumplir. En este momento no veo ninguna razón para cambiar ninguna de las previsiones que nosotros tenemos', respondió el presidente.Aznar opinó que es normal que el 91% de los ciudadanos se opongan a la guerra, pero precisó que eso no significa que no apoyen al Gobierno.El presidente negó que su actitud en la crisis iraquí se vea condicionada por su renuncia a presentarse de nuevo como candidato a la presidencia del Gobierno. 'No estoy haciendo lo que estoy haciendo por eso y luego el que venga detrás que arree', comentó.En otro momento de la entrevista descartó también que detrás de su apoyo a Estados Unidos se esconda la ambición de situar a España en el G-8, formado por los países más ricos del mundo. 'No tengo el objetivo de que España esté en el G-8 como consecuencia de esto, actuamos por sentido de la responsabilidad y por puras convicciones', señaló.El presidente se solidarizó con las víctimas de la guerra y pidió disculpas por las recientes actuaciones policiales.