Bruselas no exigirá previsiones trimestrales a las firmas cotizadas
La Comisión Europea ha renunciado a su intención de exigir a las compañías cotizadas en Europa que realicen previsiones trimestrales de resultados como ocurre en EE UU. La propuesta ha desaparecido del proyecto de directiva aprobado ayer para armonizar las obligaciones mínimas de información al inversor en los mercados bursátiles europeos. Los informes correspondientes al primer y tercer trimestre del ejercicio (obligatorios ya en la mayoría de los países de la UE, incluida España) se limitarán a la publicación en un plazo de dos meses de los resultados no auditados de facturación y pérdidas o beneficios.
El cambio pretende, según Bruselas, eximir a las empresas de una presión excesiva por parte de analistas y gestores de fondos para mejorar resultados en plazos muy cortos. Este factor se ha identificado en ocasiones como el origen de los recientes escándalos en varias compañías estadounidenses (Enron o Worldcom).
El texto aprobado por la Comisión aspira a facilitar la cotización de las empresas en varios mercados europeos y a permitir una comparación de los resultados de las compañías por parte del inversor. El Parlamento Europeo y los Estados miembros deben discutir ahora el proyecto.
Las empresas cotizadas en varios Estados miembros deberán alertar a los accionistas, a través del correo electrónico, de la información sensible relacionada con su cotización. La información deberá divulgarse en la lengua del país de origen de la compañía y en 'una lengua habitual en la esfera de las finanzas internacionales', eufemística referencia al inglés para no herir ciertas susceptibilidades.
La directiva reduce a la mitad (hasta el 5% del capital de una empresa) el umbral a partir del cual una operación de compra o venta de acciones se considera significativa. Los siete días naturales de que dispone el accionista para informar a la empresa se reducen a cinco días hábiles. Y la cotizada deberá informar a las autoridades bursátiles durante los tres días hábiles siguientes, y no entre 9 o 21 como exige la norma comunitaria actual.
Las autoridades nacionales podrán introducir normas más estrictas si lo consideran oportuno.
La nueva directiva intenta evitar que la transparencia cueste dinero
El proyecto de directiva sobre información al inversor aprobado ayer por la Comisión Europea busca el equilibrio entre las actuales normas comunitarias, adoptadas hace 20 años y consideradas ya obsoletas, con las normas estadounidenses, acusadas por algunas fuentes comunitarias de maximalistas.El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, reconoció ayer que la voluntad del organismo comunitario ha sido no imponer a las cotizadas europeas unas normas de información con las que sea costoso cumplir en términos de tiempo y dinero. Bolkestein recordó que más de un millar de las 7.000 empresas cotizadas en Europa ya cumplen ahora unos criterios similares a los de una directiva que no entrará en vigor hasta finales de 2005.La mayoría de los Estados miembros disponen también de legislaciones más exigentes. No falta quien se pregunta, por tanto, si la armonización de mínimos de Bolkestein logrará su objetivo de aumentar la confianza.