España duplicará este año la capacidad de reciclado de escombros
La economía de reutilizar los residuos de construcción y demolición, sobre todo el hormigón, no es un descubrimiento exclusivo de los países centroeuropeos. La Segunda Guerra Mundial obligó a los alemanes a aprender a aprovechar los escombros de sus ciudades derruidas, mientras que la Guerra del Golfo determinó lo propio en Kuwait. México o Bangladesh descubrieron sus beneficios tras terribles terremotos, mientras que Holanda encontró en ello una solución a la falta de recursos naturales.
Según la Federación Internacional de Reciclaje (FIR), esta actividad supone 55.000 millones de euros para países como Alemania, Austria u Holanda.
Mucho más modesto es el sector en España, al que sólo impulsan las disposiciones medioambientales comunitarias y que Abel Cucurella calcula en 13,5 millones de euros, 'a razón de un precio medio de tres euros por tonelada de árido reciclado'.
El presidente del GERD y gerente de Recuperació d'Espais Natural (Rensa), empresa pionera en esta actividad en Cataluña, afirma que el año pasado se reciclaron en España 4,5 millones de toneladas (procedentes tanto de los residuos de construcción y derribo de edificios como de las carreteras) sobre un total de 35 millones de toneladas.
Estos datos ilustran el impacto medioambiental de la pujanza de la construcción en España, puesto que hace cuatro años el saco de nuestros escombros pesaba 13 millones de toneladas. Sin embargo, entonces se reciclaba menos del 5% y sólo había una planta para hacerlo en Barcelona. En 2002, al año de haberse aprobado el plan quinquenal para impulsar el reciclaje de estos residuos, este porcentaje ascendió al 12,85% y se contaban 31 plantas -fijas y móviles- en funcionamiento.
No obstante, las directrices comunitarias marcan un objetivo mínimo de reciclaje del 50% para 2005. æpermil;sta es sólo una de las razones que llevan a Cucurella a afirmar: 'Este año se duplicará por lo menos la capacidad actual'.
Otra es que mañana mismo Tec-Red (empresa participada por Detecsa, Nac 3 y Dyr) se asocia al grupo alemán RWE para montar ya tres plantas móviles en España. Y, por fin, el encarecimiento progresivo del vertido, con una tarifa media de 60 euros por tonelada, que, de momento sólo en Madrid, se grava con una ecotasa.
Todo ello ha animado a este sector emergente a convocar en Pamplona su primera feria internacional (Fider), que se celebrará del 3 a 6 de abril, y a mantener la calma frente a la parsimonia del Ministerio de Fomento en 'legalizar' la aplicación de los materiales reciclados en las obras de grandes infraestructuras.