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Comercio exterior

La inversión española directa en el exterior cayó un 40% el año pasado

La recesión económica internacional, la crisis de América Latina y las incertidumbres derivadas del conflicto con Irak han sido los factores que han incidido en el descenso, por segundo año consecutivo, de las inversiones directas de las empresas españolas en el exterior que, en datos del Banco de España, se elevaron a 18.689,5 millones de euros en 2002, un 39,8% menos que el ejercicio precedente.

Este volumen de inversión en empresas extranjeras es el más modesto contabilizado por el banco emisor desde 1998, y sensiblemente inferior a los 59.344 millones de euros invertidos en 2000, año que marcó el máximo histórico en la salida de los capitales productivos españoles.

Aunque el Ministerio de Economía todavía no ha hecho público sus resultados sobre la evolución de las inversiones exteriores, los primeros avances oficiales y los informes de consultoras privadas, como KPMG, reflejan que la Unión Europea ha vuelto a ser el primer destino de la inversión española fuera de nuestras fronteras, al igual que en el año 2001.

A nivel sectorial, y también basándose en las estimaciones preliminares, el mayor esfuerzo inversor se ha concentrado en las sociedades holding, como ocurriera también un año antes, reflejando una evidente actitud conservadora del capital ante el incierto clima internacional.

Inversiones extranjeras

Aunque los datos de inversiones del Banco de España difieren de los del Ministerio de Economía en valores absolutos, al contabilizar este último organismo el valor de las operaciones formalizadas y el banco emisor sólo los importes efectivamente desembolsados, las diferencias entre ambos son mínimas en lo que respecta a los valores relativos que marcan la tendencia de las entradas y salidas de capital.

También descendió el año pasado la entrada de inversiones extranjeras en España, que totalizó 21.984,7 millones de euros, cifra un 9,6% inferior a la de 2001.

Esta evolución de los flujos de inversión directa vuelve a situar a España entre el grupo de países importadores de capital, siempre en datos del banco emisor, después de seis años de cerrar con un saldo neto exportador y de haberse situado en el año 2000 como el sexto inversor mundial.

La crisis de Latinoamérica hunde las rentas

La caída de las inversiones en el exterior y el fuerte deterioro de los dividendos de las empresas españolas establecidas en los países afectados por la crisis financiera de América Latina han provocado también el aumento en el déficit de la balanza de rentas que creció un 7,9% en 2002, hasta 11.493,7 millones de euros.Este crecimiento en el saldo negativo de la balanza de rentas obedece exclusivamente a la caída en los ingresos, que bajaron hasta 20.611,1 millones de euros, 1.506 millones menos que en 2001, mientras que los pagos permanecieron prácticamente estabilizados en 32.104,8 millones.Un tercer factor que también influye en el deterioro del saldo de rentas, aunque en menor medida que los anteriores, es el descenso de los intereses asociados a la deuda pública que ha reducido la remuneración de este tipo de operaciones.

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