Una tormenta desatada sobre el mayor yacimiento petrolero del mundo
Con sólo unas pocas cifras basta para comprender por qué la guerra no debe extenderse al resto de la región: en el golfo Pérsico se obtiene el 28% del petróleo que se produce en el mundo, esta zona atesora además el 66% de las reservas mundiales de crudo y el 91% del excedente mundial de capacidad de producción, lo que la convierte en la única región con el margen suficiente para afrontar una interrupción de suministro en cualquier parte del mundo.
Consciente de esta relevancia, el mayor temor del mercado es que la crisis de Irak se contagie. Las mayores interrupciones de suministro de la historia están jalonadas por crisis en el golfo Pérsico. En 1973, la Guerra del Yom Kipur, liderada por Egipto y Siria contra Israel, y que contó con el respaldo de nueve países árabes, provocó una pérdida de suministro de más de cuatro millones de barriles diarios. El estallido de la revolución iraní en 1978 supuso que más de 5,5 millones de barriles diarios desaparecieran. En la anterior guerra del Golfo el mercado dejó de producir más de cuatro millones de barriles diarios.
Una buena referencia para intentar anticipar qué puede pasar a partir de ahora es regresar a comienzos de los noventa y ver qué ocurrió con la cotización del petróleo en la primera guerra del Golfo.
En agosto de 1990, la invasión iraquí de Kuwait motivó un fuerte repunte de los precios del petróleo, que llegaron a superar los 40 dólares por barril. Pero el precio cayó por debajo de los 30 dólares por barril antes del inicio de la operación Tormenta del Desierto (16 de enero de 1991). Finalmente, la cotización bajó del techo de los 20 dólares después de que terminara la guerra, el 28 de febrero. El Gobierno estadounidense ya ha hecho el cálculo de que los precios subirán a escala mundial de tres a cinco dólares por cada millón de barriles que desaparezca del mercado.
Menos vulnerables
Es la convicción de los organismos oficiales: las economías occidentales son ahora menos vulnerables a los grandes shocks petroleros que hace 30 años. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que el consumo de petróleo por unidad de PIB se ha reducido a la mitad desde 1971, el año previo a la primera crisis petrolera. Pero estas valoraciones pecan de optimismo. Bancos como Goldman Sachs advierten que, aunque el consumo de petróleo se ha reducido progresivamente en diversas áreas de la economía, pero se ha concentrado en el transporte, un sector estratégico para toda la actividad productiva. El efecto multiplicador en la economía de un repunte de los precios es así más demoledor y rápido.
El Centro para Estudios Globales de la Energía insiste en la necesidad de que la OCDE libere sus reservas de petróleo para evitar que los precios se descontrolen.
El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, en sus siglas en inglés), uno de los think tanks más influyentes en la Casa Blanca, ha elaborado una proyección con tres escenarios: desde el paseo militar estadounidense en su ofensiva para derrocar al régimen de Sadam Husein hasta una apocalíptica debacle que escapa al control de los estrategas occidentales.
En el mejor caso, 'las fuerzas iraquíes son derrotadas en un plazo de semanas y un cambio de régimen tiene lugar. No hay daños serios en las infraestructura petrolífera'. El CSIS prevé que el precio del petróleo caería en el tercer trimestre a cerca de 20 dólares, situándose en 22 dólares a finales de 2003.
Pero el futuro puede ser otro: 'La invasión estadounidense se encuentra con una resistencia fuerte. Aunque las armas de destrucción masiva no son utilizadas, el número de bajas militares y civiles es considerable'. Con la proyección de ataques esporádicos tras la victoria, el escenario llevaría una cierta inestabilidad al golfo Pérsico que mantendría el barril sobre los 30 dólares.
La peor de las previsiones es la de Bagdad atacando a Israel. La respuesta israelí extendería la crisis a todo el golfo Pérsico. El pánico llevaría el barril a superar los 60 dólares y aceleraría la crisis económica. Después, las turbulencias sin fin mantendrían la cotización por encima de los 40 dólares a lo largo de 2004.
Más cooperación
Pero también hay perspectivas alentadoras. El diálogo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuyas exportaciones representan el 42,2% del comercio mundial de petróleo, y los grandes consumidores ha mejorado sustancialmente. 'La AIE nació en 1974 como una respuesta al embargo árabe. ... A partir de la guerra del Golfo, productores y consumidores comenzamos a compartir puntos de vista. ... Definitivamente hemos entrado en una era de cooperación', explica Olivier Appert, director de análisis político y cooperación a largo plazo de la AIE.
El secretario general de la OPEP, Álvaro Silva, ha declarado en una entrevista a este diario que su organización 'garantizará el flujo de petróleo. La OPEP forma parte de la economía mundial y su deseo es que esta mejore, porque entonces mejorará la demanda de petróleo'. Pero es difícil transformar promesas en realidades.
La AIE no cree necesario liberar reservas
El estallido del conflicto en el golfo Pérsico interrumpirá inevitablemente el suministro de petróleo de Irak y de parte de la región, el mercado puede perder 2,5 millones de barriles diarios. Sin embargo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) no considera necesario por ahora ordenar la liberación de reservas estratégicas.La UE tiene unas reservas de 944 millones de barriles, que cubren 114 días de consumo. En el caso de España, las reservas ascienden a 100 millones de barriles y cubren 109 días. EE UU mantiene listos 599,3 millones de barriles que garantizarían las necesidades estratégicas del país durante 53 días.Los inventarios de las industrias se encuentran en cambio en un nivel peligroso. La huelga general de Venezuela hizo perder a la industria 155 millones de barriles para los inventarios mundiales. Los datos de la AIE cifran en 2.440 millones de barriles las existencias privadas de petróleo en la OCDE, 211 millones de barriles menos que hace un año. El grado de cobertura de las reservas industriales es de 50 días de demanda, seis días menos que en 2002.También es cierto que la producción mundial ha aumentado 1,9 millones de barriles diarios en el último mes. El hecho de que la guerra haya comenzado casi en primavera ha aliviado las presiones por el lado del consumo.La AIE estima que la OPEP sólo podrá reemplazar la mitad del crudo iraquí, aunque, en las actuales condiciones de oferta y demanda, los expertos consideran que el mercado está bien abastecido.