Los paseos del decano
Al responsable del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, Enrique Gutiérrez Bueno, le gustan los espacios amplios, que le permitan caminar a la vez que medita sobre la estrategia a seguir por esta institución que agrupa a 11.000 profesionales
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i algo le gusta al reelegido decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones, Enrique Gutiérrez Bueno, es trabajar en espacios amplios para poder pasear. Medita y anda a la vez. 'Me gusta dar pequeños paseos por el despacho y no es por una razón especial, sino simplemente porque no me puedo estar quieto'. No lo ve como una manía sino como un hábito con ventajas, 'así compenso el ejercicio que no puedo hacer, en estos momentos, por falta de tiempo'. Gutiérrez Bueno, madrileño de 55 años, compagina su trabajo como gerente de la agencia Efe con su labor al frente del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, que en la actualidad cuenta con 11.000 colegiados. 'Le quito tiempo a mi vida personal porque en el colegio estamos inmersos en un proceso en el que creemos que la sociedad de la información tiene que liderarla el ingeniero de Telecomunicaciones', explica, a la que vez que señala que se trata de un colectivo con vocación de servicio y sensibilidad hacia la sociedad, 'porque queremos ser útiles, generar conocimiento para que todos se puedan beneficiar de él'.
Por tanto, señala, 'el esfuerzo es extra', ya que, además, los ingenieros de Telecomunicaciones se enfrentan desde hace tiempo a una nueva 'circunstancia en el empleo a raíz de la crisis del sector'. En opinión de Gutiérrez Bueno, el problema de estos profesionales era que en cuarto de carrera ya tenían un buen empleo en las compañías más punteras. 'Para conseguir trabajo no se requería ningún esfuerzo, pero ahora que se viven momentos de crisis es cuando tenemos que demostrar que los conocimientos de los ingenieros dan para algo más. Su presencia puede estar justificada en todo tipo de puestos. Y esta crisis ha venido a romper esta situación y a forzarnos a hacer más cosas', señala. Cree en el reparto de trabajo, ya que está convencido de que trabaja con un buen equipo de profesionales, a los que exige lealtad y a los que ofrece confianza. 'Los conflictos surgen cuando ese binomio no funciona. Creo en el reparto de funciones, ya que es decisivo para el buen funcionamiento de toda empresa. Yo simplemente me encargo de coordinar', agrega este ejecutivo al que, según asegura, sus colaboradores le echan en cara su intensa actividad. 'El éxito del colegio es no dejar nada sin hacer'. Su ritmo de trabajo le hace tener pocos momentos para la soledad. 'Siempre estoy acompañado por todo el equipo, por lo que sólo en contadas ocasiones tengo tiempo para el aislamiento'.
No reconoce ninguna manía, salvo el orden. Una contradicción porque su mesa, en la que tienen un lugar los retratos de sus dos hijas, siempre está repleta de papeles, 'pero lo importante es tener las ideas bien ordenadas'. Gutiérrez Bueno se incorporó al mundo empresarial como ingeniero de sistemas en la compañía Hispano Radio Marítima en 1975. Como recuerdos guarda una placa de cuando trabajaba como adjunto al presidente en Cecelsa. También desempeñó el puesto de director de relaciones institucionales en Indra.
Asimismo, ha ocupado distintos cargos en diferentes asociaciones profesionales del sector de telecomunicaciones, como la Asociación Nacional de Industrias y de Telecomunicaciones (Aniel), donde ocupó la vicepresidencia, y la presidencia del Grupo de Electrónica Profesional hasta 1996 y en la Asociación Española de Nuevas Tecnologías (Aentec), desde 1985 hasta 1992. Dirigió también la revista BIT.
Renuncia al baloncesto
Por su dedicación al colegio, por la que no recibe ningún tipo de remuneración, ha prescindido de una de sus aficiones preferidas: el baloncesto. 'Al asumir tanta responsabilidad y no disponer de tiempo suficiente tuve que renunciar a jugar a mi deporte preferido', explica Gutiérrez Bueno. De momento, sus hijas le han regalado una máquina para hacer ejercicio.Una costumbre que mantiene, a pesar de sus apretadas jornadas, es leer un rato cada noche. Y alega que una de las razones por las que la sociedad de la información no cala en España es por nuestro ritmo de vida, y nuestras costumbres. 'Trabajamos demasiadas horas'.