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Optimismo

Astilleros del Nervión levanta ocho años después la quiebra

Astilleros Reunidos del Nervión (ARN) sale a flote. La compañía vasca de construcción naval ha sellado judicialmente un convenio con sus acreedores que permitirá a la sociedad salir de una quiebra superior a los 72 millones de euros y que ha durado ocho años. El futuro de esta empresa se encuentra en la órbita de Astilleros Murueta, que tiene comprometida con los antiguos trabajadores de ARN una inversión de 12 millones de euros en relanzar el astillero situado en la Ría del Nervión.

Ocho años con unas instalaciones infrautilizadas y ni un solo barco salido de sus gradas es el balance de la quiebra de ARN. Su futuro, ahora, parece más despejado tras el acuerdo alcanzado con los trabajadores, Seguridad Social, Hacienda, Pymar y Puerto de Bilbao, principalmente, que cobrarán en conjunto seis millones de euros frente a una deuda que se multiplica por doce.

La resolución de la quiebra se puede producir en tres meses. Está previsto que en ese plazo se liquide a todos los acreedores y el astillero, de la mano de Bilbao Centro Naval (BCN), controlado por Astilleros de Murueta, retome la actividad de construcción naval en las instalaciones de Erandio (Vizcaya).

Los propietarios de Murueta, sociedad que se dedica a la fabricación de buques específicos (atuneros, arrastreros congeladores y mercantes de mediano tonelaje) tiene bien definido el uso que quiere dar a las instalaciones de Astilleros Reunidos del Nervión. En el acuerdo cerrado con los trabajadores de ARN, que le cedieron su derecho preferente en el proceso de adjudicación de activos dentro del proceso concursal, Murueta tiene previsto destinar las gradas del astillero a la construcción de buques de hasta 140 metros de eslora con una plantilla de 200 trabajadores, una buena parte de los cuales debería proceder de la antigua plantilla de ARN.

Suspensión de pagos

Astilleros Reunidos del Nervión inició en 1991 el proceso que le llevó a la quiebra. A principio de los noventa un contrato de 144 millones de euros con una compañía controlada por instituciones de la antigua Unión Soviética (URSS) para la construcción de cinco buques le supuso entrar en el proceso concursal.

Los objetivos de financiación de este contrato y los ingresos derivados por la fabricación de los buques no se cumplieron al desaparecer la URSS. Desde que ARN entrara primero en suspensión de pagos y luego en quiebra, algunos de sus activos (las instalaciones de Axpe y Burceña) se los ha adjudicado el Gobierno vasco por el impago de una deuda de siete millones de euros.

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