Revista de Prensa

Un matón es un matón

Las naciones que apoyan a EE UU tienen en su memoria reciente la experiencia de la tiranía (...). España, donde la memoria de Franco aún no ha desaparecido, y Bulgaria, donde la gente soportó 50 años de totalitarismo (...). La República Checa, Rumania, Eslovaquia y Ucrania están ofreciendo equipos de limpieza de armas químicas (...). Una expresión elocuente para explicar este apoyo se oyó en Connecticut: 'He crecido entre matones; no estoy cualificado para hablar de muchas cosas, pero sí de matones. Sean fascistas, nazis o Sadam Husein. Conozco a los matones cuando los veo'.

La lógica de Aznar

Es una locura pensar que España está en manos de un iluminado que no consulta sus decisiones (...). Por ello, debemos pensar que la lectura que realizaron los analistas del Partido Popular contaba con las movilizaciones masivas de no a la guerra (...). Para contrarrestar la avalancha de críticas se asignan papeles y se articula un discurso único (...). Luchar por la paz es hacer la guerra al dictador iraquí (...). Este es el discurso elegido para calar en la ciudadanía (...). ¿Y las causas? (...) Su análisis de coyuntura es erróneo al pensar que Francia y Alemania (...) se plegarían a la guerra. Razón de peso para no desgastarse y apoyar desde el comienzo a Bush (...). Seguramente EE UU podría presionar al G-7 para incorporar a España, lo que se traduciría en más credibilidad para la política económica desarrollada por el ministro Rodrigo Rato, aupándolo como posible sucesor de Aznar, mientras éste piensa en algún honroso puesto en organismos internacionales.