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Cuenta atrás para la guerra

Aznar anuncia el envío de 900 soldados en labores defensivas y humanitarias

Por primera vez desde que el Gobierno español se convirtió en copatrocinador de la guerra, el Congreso obtiene información oficial sobre su contribución militar al conflicto. Aznar dio cuenta de la decisión adoptada en la mañana de ayer por el Ejecutivo y que supone el envío a la zona de 900 efectivos que, en ningún caso, dijo, participarán en 'misiones de ataque o de carácter ofensivo'. No habrá, pues, tropas de combate españolas en el teatro de operaciones, dijo el presidente, y sus tareas se limitarán a prestar apoyo humanitario, en unos casos, o respaldo defensivo, en otros.

Para cumplir la primera labor, el Gobierno ha comprometido el envío del buque Galicia, dotado con material médico, al que dará protección una unidad de 120 infantes de Marina. A dicho buque se incorporarán unidades del Ejército de Tierra, de ingenieros y de defensa nuclear, bacteriológica y química, con capacidad para desactivar explosivos. En misión de escolta acompañará al buque una fragata de la Armada, así como el petrolero Marqués de la Ensenada.

Aznar advirtió que España también asumirá compromisos en el proceso de 'estabilización y normalización' del territorio iraquí, aunque no precisó en que consistirán. Asimismo, ha puesto a disposición de la Alianza Atlántica seis aviones F-18 apoyados por un avión cisterna Hércules C-130 para que puedan ser utilizados en la defensa de Turquía en caso de ataque a este país.

Aznar sí subrayó que la presencia militar española en Irak será 'temporal' y se justifica por la necesidad de 'promover la seguridad y la eliminación de las armas de destrucción masiva'.

El presidente volvió a defender la legalidad del inminente conflicto bélico, a partir de la resolución 1.441 de Naciones Unidas, y justificó el uso de la fuerza contra Irak, ya que, en su opinión, está en juego 'nuestra seguridad exterior y la protección de nuestra sociedad frente a nuevas amenazas globales'. 'España', añadió, 'no puede mirar hacia otro lado en una crisis como ésta, le conviene que en el mundo existan reglas claras y que éstas sean cumplidas'. También acentuó la importancia que concede al proceso de paz en Oriente Próximo e informó de que ha invitado al nuevo primer ministro palestino, Abu Mazen, a visitar España tan pronto como sea confirmado en sus funciones.

Para intentar dejar en evidencia al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente recordó que, como diputado socialista, votó a favor del bombardeo de Kosovo en 1999, sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, cuando la secretaría general de la OTAN era ocupada por Javier Solana.

Zapatero eludió cualquier alusión a la participación militar española en el conflicto, tampoco mencionó el uso de las bases y centró su discurso en la exigencia de responsabilidades ante una guerra que considera huérfana de legalidad internacional. 'Pare la guerra y así no tendrá que prestar ayuda humanitaria. Su actuación es de una gravedad extrema, ha subvertido la política exterior, ha violentado el Consejo de Seguridad de la ONU, ha infringido la legalidad internacional y ha ignorado a la opinión pública española', le dijo a Aznar, a quien el líder socialista percibe 'divorciado de su pueblo y al final de la escapada'. 'Apelo a sus convicciones democráticas, asuma sus responsabilidades', finalizó. Zapatero no precisó posteriormente, en conversación informal con los periodistas, que es lo que realmente pidió a Aznar con este emplazamiento a la asunción de responsabilidades.

El resto de los partidos de la oposición no modificaron sus posiciones contrarias a la guerra, si bien el portavoz de CiU, Xavier Trias, mostró su respaldo al envío de soldados a la zona de conflicto en misión humanitaria.

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