Lagardère, un imperio de luto en números rojos
æpermil;l es yo, y yo soy él'. Así se expresaban padre e hijo cuando definían su perfecta unión en lo personal. Y sobre todo en los negocios.
El primero era Jean-Luc Lagardère, fallecido el viernes a los 75 años, ingeniero de formación y creador del grupo número uno en Europa de aeronáutica y defensa (Airbus, Ariane y Eurocopter), número uno mundial en la edición (Hachette-Elle, Paris Match, y Vivendi Publishing), número tres francés en la radiodifusión (Europe 1) y presente en la distribución (Virgin Megastore, Relay).
El segundo es Arnaud Lagardère, economista y cuyo próximo 42 cumpleaños llega al mismo tiempo que su mayor herencia: las riendas de uno de los grupos más influyentes del capitalismo francés, sólo cinco años después de su anuncio como sucesor y con unas pérdidas de casi 300 millones de euros por primera vez desde 1992.
'Ninguna decisión tomada por mi padre desde 1998 se tomó sin mi acuerdo', subrayó ayer Arnaud Lagardère en la presentación de resultados del grupo en 2002 -291 millones de pérdidas, después de los 616 millones de beneficios alcanzados el ejercicio anterior-. Supone el primer ejercicio en números rojos registrado por el grupo desde 1992. Las pérdidas se explican en parte por los resultados de su filial de coches Matra Automobile.
El mundo de la edición y de la comunicación parecen ser las apuestas de Arnaud. A diferencia de Jean-Luc Lagardère, a quien la influencia de su padre le llevó a apasionarse por la aeronáutica, el ahora jefe de filas considera que la diversidad cultural, y no los aviones, hacen la 'grandeza' de un país.
Lagardère Media, rama que Arnaud Lagardère preside desde 2000 y que aportó 8.100 millones de euros a las arcas del grupo en 2002, es la primera fuente de inversiones. Ahora tiene toda la atención puesta en la decisión de las autoridades de la competencia de Bruselas, que, de permitir la compra de Vivendi Publishing, ascendería al quinto lugar mundial de la edición.
El segundo caballo de batalla del nuevo dirigente será el de prever el futuro de EADS, el grupo aeronáutico europeo creado en 1999 por la fusión de Aerospatiale-Matra, DASA y la española CASA, de la que el grupo Lagardère ostenta el 15 %.
De momento, el nuevo presidente del grupo galo declaró ayer que se mantendrá en el capital 'al menos hasta el lanzamiento comercial del A-380', el avión gigante de Airbus previsto para 2006.
En la presentación de resultados el nuevo presidente rindió homenaje a su padre y destacó que había recibido alabanzas tras su muerte 'desde el Partido Comunista a la derecha'.