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Memoria de 2002

Sáenz cobró 4,82 millones en concepto de salario y 'bonus', el doble que Botín

El Santander Central Hispano (SCH) se convirtió ayer en el primer grupo español que publica en su memoria de forma desglosada e individualizada la retribución -incluidas las de los consejeros ejecutivos- y los créditos que han percibido durante 2002 todos los miembros de su consejo de administración. En este documento también se recogen las pensiones que tienen acumuladas hasta la fecha los cinco consejeros ejecutivos del banco.

De esta forma, el Santander, que presentó su memoria ayer en vez de esperar a la celebración de su junta de accionistas, convocada para el 21 de junio (tras suspender la prevista para el pasado 22 de febrero), cumple con el compromiso adquirido por Emilio Botín en la última junta de accionistas del banco celebrada en junio de 2002. Sólo el Banco Popular y a partir de este año Bankinter, además del SCH, publican en su memoria las retribuciones individualizadas de sus consejeros, en aras de proporcionar una mayor información y transparencia a sus accionistas.

Según el informe de auditoria del banco recogido en la memoria y firmado el 31 de enero de 2003 por Deloitte & Touche España, los 21 consejeros del banco percibieron el pasado año un total de 17,17 millones de euros en concepto de retribución estatutaria y por consejeros ejecutivos (en este caso están Botín, Alfredo Sáenz, Matías Rodríguez Inciarte, Ana Patricia Botín y Francisco Luzón).

Los consejeros ejecutivos recibieron en total 13,438 millones en retribución salarial (incluidos en los 17,17 millones anteriores). Un año antes esta retribución ascendió a 20,577 millones y en el año 2000 sumó 31,994 millones.

El total de consejeros percibió el pasado año el 0,191% del beneficio del grupo (el SCH ganó 2.247 millones). Un año antes representó el 0,254% y el 0,284% en el ejercicio de 2000. De esta forma, cada miembro del consejo percibió el pasado año por el desempeño de sus funciones 65.000 euros brutos, frente a los 72.000 de un año antes.

En el informe de auditoría se afirma que la retribución estatutaria de los consejeros supone un 10% menos que la establecida en los dos ejercicios anteriores. Este porcentaje pasa a ser de una caída del 17% si sólo se tiene en cuenta lo percibido por los consejeros ejecutivos aplicando el mismo perímetro del número de estos consejeros, según explicó ayer el vicepresidente del banco Matías Rodríguez Inciarte. Este también afirmó que el compromiso del SCH es que las retribuciones de los consejeros estén en línea con el crecimiento del beneficio.

De forma individualizada, Emilio Botín recibió el pasado año 2,471 millones de euros brutos por retribuciones salariales, dietas y otras asignaciones derivadas de su desempeño como consejero de la entidad. La cifra equivale a la mitad de los 4,827 millones de euros brutos que percibió el vicepresidente y consejero delegado Alfredo Sáenz Abad, por los mismos conceptos, y es también superada por el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte -con 2,944 millones brutos- y el consejero ejecutivo Francisco Luzón -2,482 millones-.

La remuneración recibida por Botín también es inferior a los 2,524 millones brutos que declaró haber ganado en sueldo bruto y variable durante 2001 ante los accionistas del banco en junio de .

Fondo de pensiones

Los cinco consejeros ejecutivos del banco tienen además pensiones complementarias (cubiertos con un fondo interno, como la de todos los empleados del grupo). En conjunto estos consejeros cuentan con un fondo de pensiones de 128,844 millones de euros.

De ellos, Botín acumula 9,4 millones, y Sáenz, 59 millones, que se corresponden con la antigüedad que acumula en el sector financiero (desde 1981), aunque lleve en el grupo Santander desde 1994 y en el banco matriz sólo desde febrero del pasado año.

Como ocurrió un año antes, Botín no recibió el pasado año stock option, según se desprende de la memoria. Durante su presentación, Matías Rodríguez Inciarte justificó la decisión de presentar información detallada sobre las retribuciones que percibe el consejo en su compromiso por la transparencia y por ir más allá, incluso, de las recomendaciones del Informe Aldama, que sólo exige la publicación de las retribuciones agregadas del consejo.

El informe anual incluye por vez primera el compendio de normas y prácticas de buen gobierno y un capítulo sobre el Plan de Responsabilidad Social Corporativa.

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