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Producción

Bagdad necesita 650 millones de euros de inversiones petroleras

Sobre el petróleo en Irak hay dos grandes verdades: su potencial es inmenso, pero el estado actual de su industria es lamentable. Thamir al Uqaili, ex ministro iraquí de Petróleo y antiguo directivo de la Industria Nacional Iraquí de Petróleo (INOC, en sus siglas en inglés), estima que Irak precisa una inversión inmediata de 700 millones de dólares (650 millones de euros) para mantener la capacidad de producción.

En un artículo publicado en el semanario Middle East Economic Survey, Uqaili señala que la industria iraquí permanece en un estado de deterioro continuo, agravado por la sobre producción de los yacimientos de Rumaila y Kirkuk'.

La producción de Irak se estima en 2,81 millones de barriles diarios, que se extraen de los 15 yacimientos activos. Kirkuk aporta 850.000 barriles diarios, Rumaila Norte representa 450.000 barriles por día y Rumaila Sur unos 750.000 barriles. Es decir, las tres regiones aportan aproximadamente el 73% de la producción total del régimen de Sadam Husein.

En 1990, antes de que Bagdad adoptar la decisión de invadir Kuwait, la capacidad de producción de Irak era de 3,5 millones de barriles diarios. Un informe del Centro de Estudios Globales de la Energía señala que recuperar esos niveles requeriría ahora una inversión de 3.500 millones de dólares (3.250 millones de euros) y un plazo de dos a tres años.

Una década de sanciones impuestas por EE UU y la ONU ha arruinado a la industria iraquí. Los efectos han sido varios. Por un lado, la falta de recursos ha impedido avanzar en la exploración de nuevos yacimientos. Por otro, la prohibición de importar artículos considerados por Washington de 'doble uso' (susceptibles de aplicación tanto civil como militar) ha golpeado especialmente al sector del petróleo, que no ha podido renovarse.

'La gestión y mantenimiento de los yacimientos de petróleo no se ha hecho de acuerdo con los estándares internacionales', señala Uqaili. 'Especialmente grave ha sido la política de inyección de agua en el campo gigante de Rumaila. Muchos pozos se han echado a perder como resultado de decisiones inadecuadas de extracción y del establecimiento de ritmos erróneos para la inyección de agua'.

Un informe de la ONU de marzo de 2000 pronosticaba un descenso anual de la capacidad productiva del 5% al 15% 'si la entrega de piezas de repuesto y nuevos equipos técnicos no se acelera de inmediato'. Tres años después, las máquinas instaladas en los pozos iraquíes son prácticamente las mismas.

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