Corus se desploma el 64% en Bolsa tras el bloqueo de una venta a Pechiney
El consejo de administración del grupo siderúrgico anglo-holandés Corus ha decidido llevar a los tribunales a su propio órgano supervisor. La crisis interna se desató ayer cuando el órgano supremo de la compañía decidió rechazar la venta del negocio de aluminio a la francesa Pechiney. La operación fue acordada por el consejo de administración en octubre.
'El órgano de supervisión holandés ha actuado de forma irresponsable e irrazonablemente rechazando la operación', aseguraron ayer fuentes de Corus. Para la legislación holandesa, los órganos de supervisión tienen una autonomía suprema, por encima de las decisiones de los consejos de administración, y están legitimados para revocar sus decisiones en asuntos de emisión de acciones o traspaso de activos. Su objetivo es, ante todo, hacer prevalecer los intereses holandeses.
Aunque la siderúrgica ha optado por retrasar un día la presentación de resultados del ejercicio 2002, prevista para el próximo jueves, en espera de un pronunciamiento por parte de la judicatura, ya ha anunciado que presentará números rojos, 23 millones más que el ejercicio pasado, hasta alcanzar los 570 millones en negativo.
Corus, el segundo fabricante de acero de Europa, atraviesa un proceso de reestructuración mediante el cual pretende concentrarse en el negocio del acero, fuertemente afectado tras las trabas impuestas por la Administración estadounidense a la importación europea.
La venta de su división de aluminio a Pechiney por 861 millones de euros se considera fundamental por los analistas, ya que servirá para sanear una deuda que asciende a 1.113 millones de euros y vence en enero de 2004. Según estas fuentes consultadas, Corus podría encontrarse en una situación muy difícil para refinanciar sus líneas de crédito en el caso de que no consiguiera reducir su deuda.
El pasado septiembre Corus traspasó su participación del 20% en Aluminerie Aloutte a la empresa canadiense Alcan por 168 millones de euros y sólo le quedaba esta participación en el negocio para culminar un proceso iniciado hace meses.
Cierre de varias plantas
La compañía, que emplea en el Reino Unido a 26.000 empleados, anunció ayer que, como parte de su proceso de reestructuración, cerrará allí varias plantas y procederá al despido de unos 3.000 trabajadores. El anuncio provocó el desplome de las acciones de la siderúrgica en el mercado londinense. Al cierre la acción cayó un 64%, situándose en los 5 peniques.
La reacción de los sindicatos no se ha dejado esperar y han argumentado, con fuertes críticas, que los recortes significativos de plantilla deben ser consultados con los representantes de los trabajadores. Desde la Confederación de Comercio de Acero y Hierro se advierte que Corfus se comprometió en 2001, después de eliminar a 10.000 trabajadores en varios años, que no se recortarían más empleos y que 'es inaceptable que haya despidos cuando la situación de la industria del acero británica está mejorando'. Roger Stone, responsable de Steel Action, indicó que 'el Gobierno debe decidir si pretende mantener el acero como una de las principales industrias manufactureras'.
Corus fue creada en 1999 por la fusión de la compañía británica British Steel y la holandesa Hoogovens, y cuenta en la actualidad con plantas de producción en varios puntos de Reino Unido además de en Alemania, Francia, Bélgica, Estados Unidos y Canadá.