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Resultados

Las 'telecos' europeas cierran su peor año al multiplicar por 3,5 las pérdidas

El sector de telecomunicaciones europeo ha vuelto a revalidar un año más su condición de industria con peor evolución y mayores números rojos. Y lo ha hecho por todo lo alto. Si la purga bursátil de los excesos de la burbuja tecnológica va por su cuarto año, el pago financiero por los desmanes del pasado ha cumplido su segundo aniversario con otra cifra para la historia. Las pérdidas acumuladas por las principales operadoras europeas sumaron 59.685,2 millones de euros el año pasado, lo que supone multiplicar por 3,5 el registro, ya sin precedentes, de 2001.

Los culpables de estos números siguen siendo los mismos. En los últimos años de la década de los novena y los primeros meses del año 2000, las telecos protagonizaron una carrera de adquisiciones tanto de empresas como de licencias de la nueva telefonía móvil y en buena parte las pagaron en efectivo y a precios de boom de la nueva economía. El impacto para las cuentas no se hizo esperar, con un triple efecto; por un lado, la deuda se dispara y con ella los gastos financieros; por otro, los activos intangibles adquieren proporciones descomunales con dudosa justificación; por último, las provisiones extraordinarias para hacer frente a gastos de operaciones fallidas, ya sea por reestructuración o cierre, se suceden.

El año 2001 fue testigo de los primeros ajustes. Se cifraron en unos 32.000 millones de euros en saneamientos, que dieron lugar a 17.000 millones de números rojos. Pero lo peor estaba por llegar. La caída bursátil y de las valoraciones siguió deteriorando los activos contabilizados en el balance y la limpieza se hizo imprescindible.

La aventura del UMTS tiene buena parte de culpa, no en vano las operadoras se gastaron más de 100.000 millones de euros en comprar licencias a los Estados europeos. Con todo, el desastre no hubiera alcanzado las proporciones actuales si no hubiera estado acompañado por la compra de compañías a precios de burbuja, como ha sido el caso de la adquisición de VoiceStream por parte de Deutsche Telekom o la de Orange por France Télécom.

Las que consiguieron pagar estas adquisiciones con acciones -Vodafone y Telefónica han sido los principales exponentes- lucen hoy los menores endeudamientos, pero las operadoras que optaron por pagar en efectivo -France Télécom y Deutsche Telekom, impulsadas por sus respectivos Gobiernos, que no querían diluir su participación en el capital- tienen el dudoso honor de ser las compañías más endeudadas de Europa.

La rentabilidad, escasa

El cuadro final que presentan los resultados de 2002 muestra una victoria por goleada de las operadoras con pérdidas frente a las que tienen beneficios, tanto en número como en la cuantía de la cifra. Entre las grandes, sólo dos son rentables y, a la espera de que Telecom Italia publique sus resultados del año pasado, Portugal Telecom es líder por beneficios. Para conocer el resultado definitivo, sin embargo, habría que esperar a que BT y Vodafone cierren su ejercicio fiscal, que termina marzo.

Si lo que se compara son las cifras, el escenario es aún peor. Los 391,1 millones de euros de beneficios de Portugal Telecom o los 1.246 millones que acumulaba Telecom Italia hasta septiembre se quedan en nada cuando se ponen junto a los 24.587 millones de euros que pierde Deutsche Telekom.

Y, mientras los saneamientos empiezan a dejar los balances listos para comenzar de cero, la deuda sigue amenazando el futuro de las empresas. Los planes de choque adoptados por las operadoras desde que estalló la crisis tecnológica han conseguido ajustar la estructura de costes a un entorno de menores ingresos y a limitar el fondo de comercio, pero han hecho poco con la deuda. Salvo en el caso de KPN o BT, que han reducido su pasivo casi a la mitad, el resto mantiene altos niveles de endeudamiento. En conjunto, las principales compañías europeas han recortado un 11,9% la deuda desde el máximo que amasaron durante 2000 o 2001, lo que sigue dejando a Deutsche Telekom y a France Télécom en el club de compañías con más de 60.000 millones de euros de lastre.

Los resultados que se han divulgado en las últimas semanas, unidos a los escasos avances en reducción de deuda y al clima prebélico han hecho evaporarse todas las ganancias bursátiles que sumaron las telecos al inicio de año. El índice Stoxx de operadoras europeas cae ya el 11% en el ejercicio, en lo que supone el cuarto año consecutivo de caída.

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