Wall Street cierra con leve tendencia a la baja por el continuo peligro de guerra
Las bolsas de Wall Street cerraron hoy con una leve baja, afectadas por el temor a una guerra contra Irak y pese al retraso en la votación de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que propone el plazo del 17 de marzo para que el régimen de Bagdad demuestre su desarme.
Durante la mañana este retraso en la votación de la resolución alivió un poco a los inversores, lo que permitió que se produjeran algunas compras que más tarde cedieron al pesimismo generalizado del mercado.
El índice Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, bajó 44,12 puntos, que representan un 0,58%, y se situaba en 7.524,06 enteros, tras bajar 171,85 puntos el lunes, la mayor baja en seis semanas. Por su parte, el índice Nasdaq, donde cambia de manos la mayor parte de las acciones de firmas tecnológicas, restó 6,90 puntos, equivalente a un 0,54%, y se colocaba en 1.271,47, tras bajar 26,92 enteros en la jornada anterior.
Hoy se ha conocido el dato de los inventarios de los mayoristas de EEUU en enero que disminuyeron inesperadamente (un 0,2% frente al incremento del 0,8% del mes anterior), arrastrados por reducciones en las existencias de vehículos y maquinaria debido a un avance sólido de las ventas. Por otra parte un sondeo publicado hoy, ha anunciado que la confianza del consumidor estadounidense se deterioró en marzo y llegó a un nivel no visto en 26 meses, lo que es la primera señal de que el consumidor no logra recuperarse del desánimo que arrastra desde principios de año. Esta encuesta, realizada por Investor's Business Daily, reveló que los consumidores reaccionaron de forma negativa al informe del empleo del mes de febrero.
Para los expertos una guerra tendría graves consecuencias en el precio del crudo y por lo tanto en la actividad económica estadounidense. Asimismo, muchos temen que una guerra complique seriamente la estabilidad en la región e inflame el sentimiento anti-americano y el odio de los grupos extremistas islámicos, lo que podría traducirse en nuevos atentados terroristas. Ante este panorama incierto, pocos son los que se atreven a comprar acciones y la mayoría opta por adquirir bonos, que han seguido subiendo de precio.