Las farmacias se unen frente a los laboratorios
El presidente de los farmacéuticos de Madrid, José Enrique Hours, sentó ayer en su mesa a la ministra Ana Pastor. Pero el encuentro no fue amable. Hours presentaba un proyecto ambicionado desde hace tiempo por los boticarios de toda España: el Instituto de Estudios Farmacéuticos, una fundación que cuenta con un presupuesto inicial de 192.000 euros y que tiene como principal objetivo 'la promoción de investigaciones que permitan mejorar el conocimiento del medicamento y su papel dentro de la salud pública'. En otras palabras, un centro de estudios capaz de hacer sombra a la todopoderosa Farmaindustria y demostrar, entre otras cosas, que España no puede permitirse gastar todos los años más de 6.000 millones de euros en fármacos.
Sin embargo, lo que parecía que iba a ser sólo un acto protocolario y algo institucional -la presencia de Ana Pastor y su subsecretario, Pablo Vázquez, así lo auguraban-, se convirtió en toda una declaración de intenciones por parte del Gobierno. Las relaciones entre los farmacéuticos y el ministerio se han enfriado después de que éstos hayan boicoteado el programa de unidosis de la ministra, aplazado sine díe, y ayer ella quiso dejar claro que es su equipo, y no otros, quienes fijan las reglas del juego, de ahí su anuncio de que prohibirá a las farmacias vender medicinas sin recetas indiscriminadamente. Se establecerá, por tanto, un cupo libre de recetas.
La habilidad de Hours para embarcar a la Universidad y a reconocidos profesionales económicos y académicos en su proyecto (Ricardo Calle, Enrique Sánchez de León, Manuel Botella Pombo, Juan Iranzo y Luis Gámir, entre otros, serán vocales del patronato). E incluso a altos directivos de la industria farmacéutica, como Javier Ellena o Manuel Cobos, a título personal, y dar, así, un barniz de independencia a la nueva institución, quedó un poco deslucida tras la intervención de la ministra, que pidió al nuevo foro que cuantifique 'el coste de la botica que cada español tiene en su casa'.
Según anunció su director general, Jorge Hinojosa, al finalizar el acto, el Instituto de Estudios Farmacéuticos recogerá la propuesta y realizará una memoria jurídica y económica sobre la trascendencia y el coste de la iniciativa. Algo que no ha hecho la Dirección General de Farmacia.
Las posiciones de los boticarios son conocidas y los tres primeros estudios que abordará la fundación -'Hipótesis del crecimiento del gasto farmacéutico en Europa', 'Márgenes comerciales en el sector farmacéutico', y el más ambicioso de todos, 'Diagnóstico del crecimiento del gasto en España: causas y soluciones'- son el fiel reflejo de sus opiniones: la primera, que el pacto de Villalobos con los laboratorios fue un fiasco; la segunda, que la factura farmacéutica en estos momentos es desorbitada; y que el farmacéutico sigue siendo el agente más perjudicado de la cadena del medicamento.