Fomento pide tiempo para fijar la fecha de apertura del AVE a Lleida
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, solicitó ayer un margen de tiempo y de confianza para que el nuevo presidente del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), Ramón Escribano, estudie la situación de la línea ferroviaria de alta velocidad (Ave) Madrid-Lleida, 'para que no vuelvan a decir que todo es culpa de las prisas del ministro'.
El titular de Fomento explicó que ahora es Escribano quien 'tiene la responsabilidad, con sus criterios, de enfrentarse a las dificultades que han impedido que las fechas previstas se cumplan, examinar su naturaleza y proponer un nuevo calendario' de puesta en servicio de la línea. 'Se le deben conceder unos días de margen al presidente del GIF', declaró tras su intervención en una jornada sobre siniestralidad en la edificación organizada por la Asociación de Promotores y Constructores (APCE).
La víspera, durante una comparecencia en el Congreso de los Diputados, el ministro insistió en explicar los retrasos por las dificultades surgidas en la instalación del sistema de seguridad y señalización de la línea ferroviaria, adjudicadas al consorcio integrado por Cobra y Ansaldobreda.
Álvarez-Cascos subrayó que la responsabilidad derivada de los retrasos de dichos sistemas fue la que le impulsó a aceptar la dimisión del ya ex presidente del GIF, Juan Carlos Barrón. El miembro del Gobierno no hizo mención a posibles penalizaciones para estos contratistas.
Al mismo tiempo, el Grupo Parlamentario de CiU presentó ayer en el Congreso de los Diputados una moción en la que insta al Gobierno a presentar un programa-calendario de ejecución de todas las obras de construcción de la línea Madrid-Barcelona-frontera francesa, con un análisis detallado de las obras pendientes y garantizando su cumplimiento.
Por otra parte, la investigación judicial que se lleva a cabo por el descarrilamiento del Talgo Madrid-Cartagena el pasado 4 de enero en Tobarra (Albacete), en el que murieron 2 pasajeros y 30 resultaron heridos, apunta a que no hubo sabotaje, rechazando así las primeras hipótesis barajadas por el Ministerio de Fomento y Renfe.
Según publicó ayer el diario La Verdad de Murcia, los datos de la investigación judicial, aún abierta, arrojan como causa más probable del descarrilamiento un fallo de la locomotora o deficiencias en la vía.