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Hacienda

Las rentas del trabajo sostienen los ingresos del IRPF tras caer las de capital

La recaudación derivada del IRPF tuvo en 2002 un comportamiento claramente diferenciado en función del origen de las rentas. Una vez más, las rentas del trabajo fueron las artífices del sostenimiento del impuesto.

Los ingresos generados por retenciones por rendimientos del trabajo y actividades profesionales alcanzaron los 40.577 millones de euros, el 91% del total de la recaudación por este tributo en términos líquidos (descontadas las devoluciones). Ello supone un crecimiento de los mismos del 8,5%, claramente por encima del aumento del PIB (2%). En ello influye el crecimiento sostenido de los afiliados asalariados (3,5%) y el de la retribución media (3%).

En cambio, los ingresos derivados de retenciones por rendimientos del capital, que ya de por sí representan menos del 6% en el total del impuesto, cayeron un 15,1% el año pasado en el IRPF, contabilizándose sólo 2.644,9 millones de euros.

La caída es algo menor, del 4,1%, si se suman también los ingresos por retenciones de capital obtenidos por el impuesto de sociedades y el de renta de no residentes. La evolución descendente de las retenciones de capital se debe, por un lado, a la rebaja de los intereses bancarios, y por otro, al descenso de la masa de rentas de capital.

A la caída de la recaudación de los rendimientos de capital se suma también el descenso en los ingresos por retenciones por fondos de inversión, con un tasa negativa del 19,8% respecto al año anterior. Aquí ha influido la rebaja del tipo impositivo (del 20% al 18% en 2002) y la crisis de los mercados bursátiles, que ha presionado a la baja las plusvalías obtenidas por este concepto.

Los ingresos tributarios, en su totalidad, se comportaron de forma positiva, teniendo en cuenta el entorno de desaceleración económica. Crecieron un 9% en términos líquidos en 2002, hasta alcanzar 124.911 millones de euros, y un 6,6% en términos brutos (antes de devoluciones y minoraciones), según explicó ayer el secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez-Ponga, en su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.

El incremento de la recaudación tributaria no es tan significativa si la comparación se efectúa según lo previsto por el Gobierno. Los ingresos tributarios tan sólo crecieron un 2,3% por este concepto en 2002 (2.780 millones de euros más).

El mejor comportamiento correspondió al impuesto sobre sociedades, con un incremento de recaudación espectacular (24,5% más que el año anterior) debido al cambio de legislación operado en 2002, por el que se permite a las empresas tributar sólo al 18% (el 15% a partir de enero de 2003) por las plusvalías latentes que decidan reinvertir.

Otros tributos tuvieron un peor comportamiento, aunque aceptable, teniendo en cuenta el parón económico. Los ingresos por IVA crecieron un 6,5%; y por los impuestos especiales, un 4,6%. Por IRPF se ingresó un 7,2% más.

En enero, al 6,6%

De cara a los próximos meses, la previsión del Gobierno es mantener esta evolución. Rodríguez-Ponga señaló ayer que la recaudación tributaria en enero se mantuvo en tasas parecidas, con un crecimiento del 6,6%. Y se espera que sigan los ingresos extras derivados de la afloración de plusvalías en el impuesto sobre sociedades. Sin embargo, la evolución del exterior sigue influyendo de forma negativa. Los ingresos por impuestos especiales, muy ligados a la evolución del consumo, cayeron un 5,6% en enero. Destaca la caída del 3,7% del impuesto sobre hidrocarburos.

En la Comisión de Economía, el portavoz socialista, Francisco Fernández Marugán, criticó la brecha creciente en el IRPF entre los rendimientos del trabajo y las retenciones que se aplican por este concepto.

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