Un problema de difícil diagnóstico debido a la confusión sobre el tratamiento contable
Una empresa promete a un trabajador 500.000 euros cuando se jubile. Para ello hace aportaciones anuales, pero la mala marcha del fondo genera un déficit de 100.000 euros. ¿Cómo se contabiliza este agujero? En realidad, se parece mucho a una deuda, pero es una deuda que no se produce ahora, sino dentro de varios años y que, además, está condicionada por la evolución de los mercados.
En realidad, la falta de transparencia de las empresas y la complejidad de este tema hacen que sólo los informes de actuarios encargados por los bancos reflejen a las claras la magnitud de este riesgo.
Estados Unidos es un buen ejemplo. En 2001 las compañías del índice Standard & Poor's 500 presentaron en sus cuentas anuales beneficios de 104.000 millones de dólares en sus planes de pensiones. Pero, en realidad, estos planes habían sufrido pérdidas por 90.000 millones debido a la crisis bursátil. Según las normas de Estados Unidos, las empresas apuntan en sus cuentas las plusvalías que esperan obtener en sus planes de pensiones, teniendo en cuenta sus previsiones de revalorización. Lo que luego ocurra realmente se anota discretamente en una nota a pie de página en la memoria anual. La teleco Verizon, por ejemplo, se apuntó beneficios de 2.700 en planes de pensiones cuando había perdido 3.100. Presentó beneficios globales por 590.
Amortizaciones
En el Reino Unido las compañías revisan cada tres años el estado de sus fondos de pensiones. Cuando el patrimonio supera las obligaciones de pago, las compañías amortizan esta diferencia en los resultados de los siguientes tres años, teniendo en cuenta tanto el tipo de interés de referencia como los gastos de administración. Según Credit Suisse, en empresas como Schroders o Exel las amortizaciones de superávit de pensiones suponen más del 30% del beneficio operativo.
Por otra parte, las normas contables IAS que adoptarán todas las empresas de la Unión Europea a partir de 2005 obligarán, según Standard & Poor's, a que las compañías recojan inmediatamente el efecto de las ganancias o pérdidas de valor de sus planes de pensiones para empleados.