El dólar toca mínimos en cuatro años por el temor a los costes de la guerra
La moneda estadounidense alcanzó durante la jornada de ayer su nivel más bajo frente al euro desde el 24 de marzo de 1999. Al cierre de esta edición la moneda europea cotizaba a 1,088 dólares.
El temor de los analistas se deriva de la creciente oposición en el Consejo de Seguridad de la ONU a la segunda resolución que promueve EE UU, junto a Reino Unido y España. Los expertos consideran que la Casa Blanca puede optar por retirar la resolución y acometer, sin el respaldo de la ONU, el ataque contra Irak. Eliminadas las trabas burocráticas, los plazos se anticiparían y los costes correrían, casi en solitario, a cargo de EE UU.
'La gente va a ser cautelosa a la hora de invertir en los mercados estadounidenses, dada la aparente proximidad de la guerra y que el coste de un conflicto va a recaer sobre nuestros hombros', aseguraba Jack McIntyre, analista de Wilmington, en Delaware. Esa cautela ' se va a traducir en un dólar aún más débil' y sólo 'un mayor apoyo diplomático de los aliados ayudaría a reanimar al dólar', auguraba Alex Beuzelin, analista monetario de Ruesch International, en Washington.
Los expertos también auguran que la guerra tendrá efectos negativos sobre la confianza de los consumidores y sobre sus decisiones de consumo, lo que agudizará el menor atractivo de la economía estadounidense.
En estas circunstancias, las bases de la economía de EE UU no ayudan a cambiar esta tendencia.
Como asegura el informe de la ONU, la debilidad de la economía es previa e independiente de la amenaza de guerra. Sólo que esta circunstancia agrava la desaceleración de determinados factores que contribuyen al crecimiento.
Los problemas son otros
Una encuesta entre los 1.200 miembros de la Federación Nacional de Empresas Independientes, de EE UU revela que sólo el 8% de los ejecutivos cita 'el entorno geopolítico' como una de las razones para no invertir.
El problema de fondo de la economía, aseguran estos empresarios, es el exceso de capacidad productiva en la mayoría de los sectores. De hecho, la capacidad productivas apenas ha superado los niveles más bajos en dos décadas que alcanzó en diciembre de 2001.
Eso sí, una evolución rápida de la guerra 'puede reducir la ansiedad, pero no va a suponer una diferencia sustancial para la economía', asegura el consejero delegado de Baxter Internacional, Harry Kraemer.
La Administración estadounidense es consciente del problema. De ahí que el secretario del Tesoro, John Snow, volviera a insistir ayer, por segunda vez en sus escasos dos meses en el cargo, en que la economía de Estados Unidos no puede llevar por sí sola la carga de fomentar el crecimiento mundial y que se necesita más crecimiento de Japón y de Europa.
'Necesitamos lograr que Japón crezca más. Necesitamos que el resto de los países del Grupo de los Siete crezcan más y un compromiso de base amplia sería enormemente beneficioso', dijo ante el Congreso.
Según la ONU, eso no sucederá en 2003. La Comisión Económica para Europa (ECE, por sus siglas en inglés) de la organización rebajó ayer las previsiones de crecimiento para Europa y Estados Unidos para este año, que ya de por sí eran poco ambiciosas. En concreto, el organismo calcula que EE UU crecerá el 2,5%, en lugar del 3% previsto anteriormente, y que los Quince crecerán un 1,6% por debajo del 2% estimado.
El informe insiste en que la 'incertidumbre que rodea las perspectivas a corto plazo de la economía se ve agudizada por la creciente posibilidad de una guerra contra Irak'. A su juicio, la simple amenaza 'ya ha contribuido a debilitar el consumo y la confianza empresarial y ha alentado una actitud de esperar y ver respecto a los grandes artículos de consumo'. La prueba, según la ECE, de que la debilidad de la economía existe al margen de la crisis iraquí es que 'sin conflicto militar la economía mundial sólo registraría un moderado crecimiento en 2003'.
Reunión de la OPEP
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunirá el próximo 11 de marzo con otros seis países productores para trazar un plan de contingencia en caso de que estalle una guerra en Irak. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que el excedente mundial de capacidad de producción de petróleo es de 2,3 millones de barriles diarios, insuficiente para suplir totalmente la producción iraquí, calculada en 2,5 millones de barriles por día.
La crisis política internacional ha provocado un alza espectacular del precio del petróleo. El crudo brent para entrega en mayo ganó ayer 60 centavos y se situó en 32,25 dólares. El precio del petróleo de referencia en Europa ha subido un 45% en un año. Peor está EE UU, el crudo WTI superó ayer los 37 dólares por barril, un 63% más caro que hace 12 meses. La situación estadounidense se ve agravada por los bajos niveles de reservas, próximos al límite mínimo operacional.
Turquía afronta el riesgo de suspensión de pagos
El Gobierno turco paga su deuda a unos tipos de interés reales del 30%. La ayuda prometida por el FMI (Fondo Monetario Internacional) este año asciende a un máximo de 2.600 millones de dólares (2.384 millones de euros), que se antoja insuficiente para cubrir las obligaciones del Ejecutivo.Los economistas creen que sólo el préstamo de 30.000 millones de dólares (27.740 millones de euros) prometidos por la Casa Blanca servirán para evitar la suspensión de pagos este año. Pero esta ayuda está condicionada a la autorización del despliegue de 62.000 soldados estadounidenses, que el Parlamento no ha aceptado. El presidente del partido en el poder, AKP, Tayyip Erdogan, ha insistido ante sus correligionarios en que 'hay que dejar aparte las emociones y optar por la responsabilidad política'. Erdogan puede ser elegido diputado en la repetición de las elecciones generales que se celebrarán el domingo en una provincia. Tras su elección, el AKP lo nombrará primer ministro y el Gobierno volverá a enviar al Parlamento la votación sobre EE UU. El pasado sábado, al Gobierno le faltaron cuatro votos para conseguir los 268 necesarios para autorizar el despliegue, cuestionado por la sociedad. Washington prefiere a Turquía para realizar su invasión contra Irak. El traslado a otra base entraña riesgos incalculables. La Casa Blanca ya ha recibido garantías de Erdogan de que la cooperación turca será la 'misma de siempre' y confía en que su ascenso a primer ministro acelere los trámites.