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Un año negro para los resultados

Las empresas del Ibex 35 valen en Bolsa más de 100 veces sus beneficios del año pasado. Las principales firmas cotizadas ganaron en 2002 un 85% menos, con una reducción de la cifra de negocio y una fuerte depreciación de los activos

Miguel Jiménez

Las empresas del Ibex 35 valían ayer en Bolsa 252.129 millones de euros. Esas son las mismas sociedades que cerraron 2002 con unos resultados agregados de 2.150 millones de euros, según las cuentas de cierre de ejercicio recién publicadas. Eso quiere decir que las empresas del índice cotizan en Bolsa al equivalente a más de 100 veces sus beneficios del último año. Ese es el PER (price earnings ratio, o veces que el valor en Bolsa contiene al beneficio) sin depurar del Ibex 35 calculado con resultados de 2002.

Cabe argumentar con sentido que ese no es un nivel normal de beneficios. Pero es, en todo caso, un nivel real. A falta sólo de los datos del último trimestre de Inditex, los beneficios de las principales empresas cotizadas se redujeron un 85,4% en 2002, un recorte sin precedentes desde que existe el Ibex 35.

Si hay un protagonista claro de los resultados, es el grupo Telefónica. De las cuatro compañías cotizadas que forman parte de él, tres han presentado números rojos sin precedentes, hasta el punto de que la matriz ha desbancado a Banesto como compañía con las pérdidas más elevadas de la historia empresarial española. Sólo TPI sigue en beneficios.

La culpable de este resultado es principalmente Telefónica Móviles y el reconocimiento de que la aventura europea del nuevo móvil ha sido un fiasco. La compra de licencias de UMTS en Alemania, Italia, Suiza y Austria supuso un desembolso superior a los 6.000 millones de euros. Sanear de golpe estas posiciones ha dado como resultado unos gastos extraordinarios brutos de 11.929 millones de euros. Y puestos a registrar números rojos máximos, Móviles ha aprovechado para limpiar otras partidas. En total, 12.083 millones de euros brutos de impacto que, depurados con las devoluciones a los socios minoritarios y después de sacar partido al crédito fiscal que generan, convierten un teórico beneficio neto de 1.405,8 millones de euros en unas pérdidas de 3.730 millones. La diferencia entre Móviles y el resto de las filiales del grupo Telefónica es que, pese al déficit, el negocio ha vuelto a demostrar su fortaleza. La crisis económica en Latinoamérica y la debilidad de las divisas ha pasado factura, pero aun así los ingresos crecen un 8,7% y la generación de caja se dispara un 134%, hasta 1.805 millones de euros.

La misma lógica que ha llevado a Móviles a apurar al máximo las limpiezas se ha seguido en Terra Lycos. El objetivo de Telefónica era utilizar un mal año en el nivel operativo para depurar todas las cargas del balance y activos deteriorados que pudieran suponer un lastre en el futuro. Y el fondo de comercio que Terra tenía en Lycos era un peligro del calibre de 1.325 millones de euros. Pero, más allá del reconocimiento de deterioros evidentes, la compañía de Internet ha puesto en cuestión su capacidad para generar beneficios futuros o, por lo menos, los suficientes como para justificar la elevada cifra de créditos fiscales que tenía activada. Nada menos que 453 millones han sido depurados. El problema de Terra Lycos es que, en este caso, el negocio no ha ayudado mucho. La filial de Internet de Telefónica incumplió la previsión de ingresos, incluso después de haberla rebajado tres veces en el año. Así, los 1.046,3 millones de euros de gastos extraordinarios se unen a las pérdidas operativas y dan lugar a unos números rojos que se multiplican por cuatro, hasta 2.008,9 millones de euros.

Con este escenario, Telefónica no ha podido hacer otra cosa que rendirse a la evidencia y poner el acento en los buenos resultados a futuro que dan las limpiezas en profundidad. Sus gastos extraordinarios brutos ascienden a 16.217,9 millones de euros, ya que además del UMTS y de Terra Lycos ha saneado participaciones en Admira (Pearson), en Terra Mobile y en Emergia, a lo que ha unido las provisiones por la pérdida de valor de la autocartera y las minusvalías por la venta de filiales en las peores condiciones. Tampoco a la matriz del grupo le ha ayudado el comportamiento operativo de los negocios -sólo Móviles y Telefónica de España aportan crecimiento a los ingresos, que caen un 8,5%- así que el mayor impulso procede de un escudo fiscal que asciende a 3.228,7 millones de euros y que contribuye a que las pérdidas se reduzcan hasta 5.576,8 millones de euros.

Con escasas excepciones, han sido las grandes empresas las que, como Telefónica, han supuesto un lastre para la evolución de los resultados. El principal impacto para las grandes multinacionales españolas con intereses en Latinoamérica ha llegado por la vía del impacto cambiario. El Santander repite como líder por beneficio pese a un recorte del 9,6% en sus ganancias derivado, sobre todo, de la depreciación de las monedas latinoamericanas (el peso argentino y el real brasileño, sobre todo). Las cifras también han venido marcadas por fuertes saneamientos y plusvalías de carácter extraordinario. En el BBVA, la buena evolución del negocio recurrente no impide una caída del beneficio neto del 27% por los tipos de cambio, la menor aportación de las participadas y la reducción de las plusvalías. No ha bastado con reducir el nivel de saneamientos extraordinarios con respecto a los ejercicios precedentes. Mientras los dos grandes retroceden a causa de la aventura latinoamericana, el Popular y Bankinter, con su negocio centrado en España, mejoran el beneficio un 12%.

Las cifras de Endesa se han situado por encima de lo esperado a nivel operativo, con un resultado neto de explotación creciendo un 12,8% y por debajo en beneficio neto, que ha caído un 14%. El conjunto de provisiones, de 1.169 millones, ha absorbido las plusvalías por la venta de Viesgo, cifradas en 1.066 millones. La mayor carga impositiva termina por agudizar la caída de resultado neto. El caso de Iberdrola es el opuesto. Las cifras han sido algo peores de lo previsto en términos operativos, con un resultado bruto de explotación (Ebitda) plano y un Ebit en retroceso que no impiden finalmente un crecimiento del beneficio neto gracias a los extraordinarios, que también han servido para efectuar saneamientos por importe de 555 millones. El ahorro de impuestos ha permitido a Unión Fenosa absorber provisiones y saneamientos extraordinarios y a la vez mejorar el resultado un 17,8%. Red Eléctrica, mientras, mejora un 9,65% su resultado tras elevar un 17,6% su cifra de negocio.

Repsol y Gas Natural ascienden plazas en la clasificación de beneficios gracias a sus fuertes resultados extraordinarios. Repsol, por la venta del 23% en Gas Natural, y ésta, por la salida a Bolsa de Enagás, principalmente. La petrolera ha conseguido reducir deuda, pero el resultado operativo empieza a sufrir el impacto de las desinversiones.

En un año en general malo, hay cuatro empresas que han conseguido duplicar con creces su beneficio. Es el casi de Acerinox (que al igual que Arcelor se ve beneficiada por la mejora de precios y operativa), Iberia (por el gran éxito del plan de ajuste con que ha hecho frente a la crisis), Gamesa y Ferrovial (estas dos últimas por la suma de plusvalías y de buena evolución operativa). Altadis mejora a buen ritmo los resultados pese al frenazo del cuarto trimestre.

Entre las empresas del Ibex que cotizan en el Nuevo Mercado, y además de las pérdidas de Terra, Indra ha cumplido sobradamente con las previsiones, mientras que Amadeus ha capeado la crisis del tráfico aéreo con bastante comodidad. Zeltia ve reducirse su beneficio a la mitad, pero los resultados actuales son en este caso poco significativos. Dentro del sector turístico, NH Hoteles ha ido mejorando trimestre a trimestre en una coyuntura adversa. En medios de comunicación, Sogecable vuelve a las pérdidas y Prisa, que edita este diario, se ve favorecida por créditos fiscales que permiten absorber extraordinarios negativos.

Inditex, cuyo ejercicio va de febrero a enero, publicará sus cuentas el 20 de marzo. Los analistas creen que eso permitirá cerrar la temporada con buen sabor de boca.

El oasis de la construcción y de las inmobiliarias

¿Crisis? ¿Qué crisis? Si uno mira a las constructoras, no es posible hablar de malos resultados. Un año más escapan a la tónica general, en compañía ahora de las inmobiliarias. Ferrovial se convierte en líder por beneficios con 455 millones de euros, más del doble que en 2001. Sus ingresos han crecido a doble dígito en todas sus áreas. El resultado bruto de explotación creció un 24% y el Ebit, un 30% situando su margen de explotación en el 9,6% y tanto su beneficio ordinario como neto crecen a ritmo de dos dígitos. La guinda la ponen las plusvalías por la venta del 40% de la filial de autopistas Cintra por 816 millones de euros al grupo australiano Macquaire. Sin esa operación, el resultado mejoraría un 18%.Dragados es líder por cifra de negocio en vísperas de su fusión con ACS, que ha logrado elevar sus ingresos un 13% y el beneficio neto, un 21,5%. El Ebitda aumenta un 16,5% consiguiendo una ligera mejora de márgenes y el beneficio ordinario, un 17,3%, sintiéndose el impacto producido por la compra del 23,5% de Dragados. FCC ha presentado resultados en línea con lo esperado, con incremento del 6,3% en ingresos, con caída de la parte internacional debido a la crisis latinoamericana. Acciona mejora sus resultados un 16%, pero será en 2003 cuando bata todos sus récords de beneficios por las plusvalías de Airtel/Vodafone. Las dos inmobiliarias recién incorporadas al Ibex se suman a la fiesta, con fuertes crecimientos de beneficios.

Retroceso a niveles de hace más de 10 años

La caída de resultados de este ejercicio deja los beneficios aproximadamente a la mitad del nivel alcanzado hace 10 años. El desplome es de tal calibre que se lleva por delante todo el crecimiento acumulado en los siete ejercicios de vacas gordas de 1994 a 2000, con crecimientos medios del orden del 15% o 20%. Quedan razones para consolarse. Si no se contase al grupo Telefónica, los beneficios crecerían en torno al 10%. Eso no quiere decir que los resultados, Telefónica al margen, sean buenos. Casi una de cada tres empresas gana menos que el año anterior y descienden tanto la cifra de negocio como el resultado bruto de explotación. Además, todos los analistas consideran que el de este año es un dato engañoso, fruto de una crisis pasajera marcada por los saneamientos extraordinarios. La base de partida se ha reducido tanto que el crecimiento de los beneficios de este año será histórico. Si hace semanas se manejaba que los resultados se triplicasen, hay quienes esperan ahora que se multipliquen por seis. A fin de cuentas, eso ni siquiera supondría recuperar los niveles de 2001. Los analistas creen que en 2003 empezarán a dar fruto los cambios de estrategia acometidos por las empresas ante la desaceleración económica y la crisis bursátil. Los años de expansión, diversificación y fuertes inversiones quedan atrás, de modo que el repliegue hacia el mercado doméstico y el negocio tradicional vuelve a convertirse en prioritario junto a los planes de reducción de costes ante la mayor incertidumbre sobre la evolución de los ingresos.

Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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