Nueva York perfila el nuevo Manhattan
Tras meses de espera, críticas, acuerdos y desacuerdos entre autoridades, familias de las víctimas y propietarios de terrenos, ayer se cerró la primera fase de uno de los proyectos arquitectónicos más emocionales del mundo. El arquitecto polaco, nacionalizado estadounidense y con residencia en Berlín Daniel Libeskind fue el ganador del concurso para el desarrollo y reconstrucción de lo que desde el 11 de septiembre de 2001 es la zona cero.
Libeskind, hijo de uno de los 11 niños supervivientes del campo de concentración de Auschwitz (Polonia) y autor del museo judío de Berlín, no podía ocultar ayer su emoción en la presentación del proyecto ganador.
Su idea fue elegida finalista a mediados de mes junto con la del estudio Think, de los arquitectos Rafael Viñoly y Fred Schwartz, y desde el principio se convirtió en el favorito del alcalde, Michael Bloomberg, y del gobernador del Estado de Nueva York, George Pataki.
La propuesta de este arquitecto para el huérfano perfil del sur de Manhattan cuenta con un memorial como zona de recuerdo a las casi 3.000 víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre, además de una magnífica torre poliédrica, con un jardín en el piso 70, y rematada por una torre espiral. Los que como el presidente de la Bolsa de Nueva York, Dick Grasso, querían que la reconstrucción de la zona cero sirviera para mostrar la fuerza de la ciudad se han salido con la suya. La torre de Libeskind mide 541 metros, cuando las caídas Torres Gemelas se levantaban a 417 y 415 metros del suelo. Será la más alta del mundo.
En la oficina del estudio Think se admitía ayer que el equipo estaba desmoralizado. Viñoly dijo con tristeza a The New York Times, tras filtrarse la noticia, que cuando estas cosas pasan 'es cuando uno se enfrenta a sí mismo'.
Probablemente haya momentos de decepción también para el ganador. Sobre su proyecto ya se han empezado a realizar revisiones para hacerlo más viable y hay variables que aún son inciertas.
No está claro quién pagará por el memorial, si las torres se parecerán a las de la maqueta, si se necesitarán tantas oficinas cuando hay tanta vacante incluso sin las torres, o ni siquiera si la Autoridad Portuaria de la ciudad tendrá el completo control de la zona o será Larry Silverstain, que adquirió los derechos del área al poco de ser destruida.
Comienza la segunda fase de la reconstrucción. La más difícil.