Las cajas de Catalunya y Badajoz rechazan las cuotas participativas
El presidente de Caixa Catalunya, Antoni Serra Ramoneda, y su homólogo en Caja Badajoz, José Manuel Sánchez, alertaron ayer del riesgo de que la emisión de las cuotas participativas se haga en perjuicio de la obra social que realiza el sector y a la que este año canalizarán 983,1 millones de euros, equivalente a un 26,81% del beneficio neto de 2002.
'El temor que albergo es que las cuotas participativas permitan mantener un crecimiento elevado, pero que vaya en detrimento de la obra social', manifestó el máximo responsable de Caixa Catalunya durante su intervención en las jornadas del sector financiero del Foro de la Nueva Economía organizado por The Wall Street Journal Europe.
Serra Ramoneda explicó que aunque las cuotas participativas 'van a ser la llave' que permita a las entidades mantener un elevado nivel de crecimiento en el futuro, las cajas tendrán que cuestionarse si será conveniente 'crecer por crecer' en perjuicio de la inversión social que caracteriza al sector de ahorro.
Según recordó, la emisión de las cuotas participativas -títulos similares a las acciones, pero carentes de derecho de voto y provistas con una rentabilidad para los inversores- consumirá un porcentaje de los resultados anuales de las cajas y el resto tendrá que repartirse entre la dotación a reservas y el dividendo social, únicos destinos hasta ahora del beneficio de estas entidades.
'Una caja ha de pensar si crecer por crecer o sólo crecer si implica además mayor obra social', agregó el presidente de Caixa Catalunya. En este sentido, señaló que 'muchas' entidades 'están pisando el freno', al entender que quizá 'no será conveniente' mantener el ritmo de expansión que ha llevado al sector en los últimos años a alcanzar la mitad de la cuota de mercado financiero, en competencia de la banca.
En el mismo sentido se manifestó el presidente de Caja Badajoz, José Manuel Sánchez, quien, tras considerar a las cuotas participativas 'importantes como instrumento para reforzar la solvencia', advirtió que su emisión 'entra en conflicto con el mantenimiento de la obra social y el aporte de solidaridad' que realizan las cajas.
UGT, por su parte, envió ayer un comunicado en el que declara su rechazo a que las cuotas participativas coticen en Bolsa y abogó por introducir modificaciones en la normativa de las participaciones preferentes que permita a las cajas emitir estos títulos en España, aunque los bancos y el resto de empresas lo sigan haciendo en paraísos fiscales. Las declaraciones de este sindicato se producen un día después de que el Secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, asegurase en estas jornadas que el Gobierno prevé aprobar el reglamento sobre cuotas antes del verano, y apuntó que estos títulos quizá pudiesen cotizar en Bolsa para darles liquidez.
Críticas a que la banca 'venda' obra social
El presidente de Caja Badajoz, José Manuel Sánchez, aprovechó el acto para quejarse de que las cajas no han sabido dar a conocer suficientemente su grado de compromiso social y estimó que 'quizá sea necesario acometer actuaciones de comunicación para valorizar este aporte' en un momento en que 'parece que lo social vende' y algunas empresas (en velada referencia al SCH y BBVA) lo utilizan 'para ganar prestigio y favorecer su negocio'.El director general de Unicaja, Miguel Ángel Cabello, estimó que la expansión acometida en los últimos años por las cajas 'está llegando a su fin' y ahora toca compatibilizarlo con una expansión de nuevos canales y el 'optimizar la capacidad productiva y la oferta'. El director general adjunto de La Caixa, Julio Lage, dijo que los nuevos canales deben ser 'de apoyo' a la oficina y ofrecer al cliente una única visión de entidad.