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Madrid

El temor a los escándalos contables en Europa provoca la recaída de las Bolsas

El Ibex retrocedió un 1,51%, la tercera caída en las últimas cuatro sesiones. El índice cerró, así, por debajo de los 6.000 puntos, en 5.952,1. La cifra de actividad, sin embargo, continúa en mínimos, con 930 millones de euros negociados en el mercado continuo.

Otras plazas europeas sufrieron retrocesos similares. Las caídas fueron desde el 0,68% de Londres hasta el 1,56% de París. Fue Amsterdam, sin embargo, la plaza más perjudicada, con una pérdida del 5,38%, arrastrada por el por el desplome de Ahold, que se dejó un 63%.

La cadena de supermercados fue responsable en gran medida de la recaída de los mercados. Con la amenaza de guerra como telón de fondo, la compañía holandesa reavivó el nerviosismo sobre los escándalos contables al reconocer que investiga posibles irregularidades en la contabilidad de operaciones realizadas por la filial argentina Disco y la estadounidense Foodservice. Las implicaciones de este caso podrían salpicar a otras grandes empresas, ya que entre los accionistas de Ahold están, entre otras, Fortis, ING y Aegon, con participaciones superiores al 5%.

Además del fantasma de la enronitis, la incertidumbre sobre la guerra en Irak sigue siendo la otra gran preocupación de los inversores. Los mercados permanecían atentos a la nueva resolución que presentaría Estados Unidos junto a sus aliados, entre ellos Reino Unido y España, ante la ONU. Además, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dio un paso más en favor de la guerra al afirmar que si Naciones Unidas no aprueban una nueva resolución convincente, Estados Unidos llevará a cabo el ataque contra Bagdad.

'El anuncio de Powell en relación con la presentación por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña de una segunda resolución ante el Consejo de Seguridad, que podría eliminar los plazos al régimen iraquí, puede supone un nuevo enfrentamiento diplomático con Francia y Alemania, que ya han manifestado explícitamente su rechazo a una segunda resolución y apuestan por seguir dejando más tiempo a la actuación de los inspectores de la ONU', indican los analistas de Safei.

'Hay pocas razones convincentes para que los inversores entren en el mercado actualmente, entre otras, las incertidumbres geopolíticas, institucionales y macroeconómicas. Todas ellas son argumentos para no hacer nada (además de reducir el riesgo de la cartera)', dicen desde Credit Suisse First Boston.

Estos expertos consideran que los resultados empresariales 'no han sido tan malos' a pesar de los recortes de dividendos de algunas empresas de referencia. 'Aun así, con la incertidumbre del mercado y negocio mínimo, todavía es muy posible que las caídas empiecen de nuevo', afirman.

Terra sube un 11,01%

En la Bolsa española, Telefónica y la gran banca fueron los principales lastres. La operadora de comunicaciones cedió un 1,54%; el SCH se dejó el 3,07% y el BBVA, el 3,22%.

Destacó también el descenso de Endesa, un 4,54%. La eléctrica confirmó la noticia de una emisión de participaciones preferentes por importe de 2.000 millones de euros destinados a refinanciar su deuda.

El contrapunto de la jornada fue Terra, con un avance del 11,01%, entre rumores de que pueda anunciar dividendos. La presentación de los resultados de la compañía de Internet, previstos en un principio para hoy, no se conocerán hasta mañana. Los analistas, en cualquier caso, consideran que el posible anuncio no justificaría por sí solo la fuerte ganancia de ayer y permanecen a la espera de conocer las cuentas para sacar conclusiones.

También se anotaron avances Zeltia, que ganó un 2,54% y Gas Natural, un 1,21%.

La reunión del G-7 no despeja las dudas sobre la evolución del euro

La cumbre del G-7 volvió a parir, como siempre, un ratón. Los analistas enviaban a primera hora de ayer informes apresurados a sus clientes sobre el evento, con la crítica generalizada de que, una vez más, nada se había clarificado, salvo una mejor disposición del BCE a bajar los tipos de interés si las circunstancias lo requieren.El hecho es especialmente llamativo, según los analistas, porque coincide con un deterioro progresivo de las expectativas económicas y fisuras importantes entre EE UU y algunos de sus aliados históricos. Uno de los puntos más conflictivos es, por enésima vez, la posición de las grandes potencias económicas respecto a la evolución de las monedas. Así, según Hans Eichel, ministro de Finanzas alemán, la 'subida del euro es en interés de los europeos'. Según John Snow, secretario del Tesoro de EE UU, 'un dólar fuerte es en interés de los norteamericanos'. 'Esta aparente discrepancia sobre el valor de las dos principales monedas a escala mundial es un buen ejemplo de las disparidades implícitas dentro de la reunión del G-7 del fin de semana. Sí, es cierto que el comunicado oficial es un ejemplo de la necesidad de intercambiar ideas, mantenerse vigilante y, sobre todo, confiar en la fortaleza de las economías desarrolladas (¿y el resto?) para sortear las amenazas actuales. ¿Qué amenazas? Pues está claro, las geopolíticas, aunque en el comunicado se evita hablar explícitamente de Irak', dice José Luis Martínez, economista jefe en España de Citigroup. Los expertos consideraban ayer, de este modo, que la respuesta negativa de los mercados a esta situación ha sido lógica, principalmente la de los europeos. En estos pesa especialmente la disposición de Duisenberg para tomar medidas en caso de que la desaceleración económica continúe en los próximos meses. La percepción negativa sobre la evolución económica afecta más que la posible caída de tipos.

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