La representatividad, la gran asignatura pendiente del Ibex 35
Ni están todos los que son ni son todos los que están. La representatividad de la Bolsa española ha sido criticada desde siempre, porque no dibuja con fiabilidad lo que sucede en el entramado empresarial del país. Los únicos sectores bien representados en la actualidad son el bancario, el eléctrico y Telefónica.
Sectores estrella en los últimos años como el de la construcción y las inmobiliarias cuentan con un número escaso de compañías. Además, las que cotizan acaparan porcentajes cortos respecto al total nacional. Claro está, que las compañías que no cotizan son más pequeñas dada la atomización sectorial, lo que convierte la situación en la pescadilla que se muerde la cola.
Dentro de la distribución, el consumo o a las grandes superficies la situación es similar. La crítica principal desde siempre ha sido la ausencia de El Corte Inglés de la Bolsa española.
El sector turístico arroja un perfil idéntico, porque las dos empresas que representan el sector en el mercado de acciones apenas suponen el 10% de los ingresos totales. Es un caso más de empresas diseminadas.
Las pequeñas y medianas empresas; las de consumo; investigación y de crecimiento cuentan, del mismo modo, con pocos protagonistas en el mercado. La situación más confusa se dio en la primeravera de 2000 con motivo del nacimiento forzado del Nuevo Mercado. Las churras se han mezclado con las merinas sin solución de continuidad.
El Ibex recoge esta situación de una u otra manera. Aumenta el número de expertos que critica este índice, porque esconde muchas situaciones atípicas. Por ejemplo, el fuerte peso de Telefónica y su grupo de empresas y los dos grandes bancos. Los doce valores que figuran en el índice como más capitalizados suman el 79% del mismo, lo que aumenta la concentración. Hay quien aboga por un Ibex de menos valores.