Internet, otro posible campo de batalla
El otro campo de batalla en los próximos conflictos bélicos puede ser Internet. Los riesgo que entraña un posible ataque cibernético son percibidos con ópticas muy diferentes.
Para unos, las posibilidades de que un pirata de un país enemigo sea capaz de intervenir en la red eléctrica de una ciudad o tomar el control de un aeropuerto vía Internet es muy poco probable. Los expertos en Europa se preocupan más de los efectos psicológicos que pueden generar un ciberataque, como la creación de un virus de rápida extensión o la modificación del contenido de páginas web de instituciones o prestigiosas empresas, que dejan una gran sensación de vulnerabilidad.
'El 99% de las intromisiones piratas en sitios web responden a fallos conocidos de software para los que ya existe un parche y deberían haber sido corregidos', comenta Albert Gabàs, director técnico de Cepinsec y miembro de la asociación de hackers Chaos Computer Club.
'Es muy difícil que se llegue al control de vuelos de un aeropuerto desde Internet. Se necesitaría que colaborase o se engañase a alguien de dentro. Son sistemas que suelen estar aislados de Internet y empresas que tienen niveles de seguridad muy elevados', dice Artur Serra, director de desarrollo de la empresa de seguridad GFT. 'Pero los terroristas han utilizado siempre todas tecnologías disponibles a su alcance, por lo que también usarán Internet ', apunta.
En EE UU, los ataques a través de la Red se empiezan a tomar muy en serio. La Administración Bush es consciente de que su alto desarrollo tecnológico puede hacer que un Sadam Husein convierta en realidad la victoria de David frente a Goliat, y ya ha empezado a tomar medidas. Esta semana se ha hecho público el Plan Nacional para la Protección de los Sistemas de Información, que ofrece las principales guías para protegerse de posibles ataques ciberterroristas tanto a instituciones como para las empresas privadas.
Por su parte, el FBI ha hecho una llamada a todos los piratas estadounidenses para que se abstengan de hacer de las suyas en sitios web iraquíes. Este organismo advierte que la piratería no es un acto patriótico y que sigue siendo considerado un delito.
Las fuerzas de seguridad estadounidenses están preocupadas por sí algún hacker decide por su cuenta crear un virus como una forma de ataque cibernético contra Irak. Esto podría ser contraproducente para EE UU, pues sólo 12.000 de los 23,5 millones de iraquíes están conectados a la Red. Además, la mayoría de los ordenadores con información sensible no están en línea.
En comparación, EE UU es mucho más dependiente los sistemas de ordenadores interconectados, por lo que está mucho más expuesta a los riesgos que provengan del ciberespacio. Desde los atentados del 11-S, Washington ha mostrado una creciente preocupación por la seguridad informática. Desde entonces está incrementando sus presupuestos en millones de dólares y se ha propuesto formar a técnicos que estén preparados para defenderse de un ciberataque.