El FMI rebaja el crecimiento previsto para este año y el próximo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado sus previsiones de crecimiento global para este año y el próximo debido a las dificultades de las principales economías para remontar la desaceleración. æpermil;sas son las previsiones que hoy presentará Horst Köhler a los ministros de Finanzas del G-7, reunidos desde ayer en París. Las previsiones no tienen en cuenta la amenaza de guerra contra Irak.
Fuentes del grupo de los siete países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) aseguraron ayer en Roma que el FMI ha recortado su previsión de crecimiento para este año del 3,7% estimado el pasado septiembre al 3,2%. Para 2004, la estimación se reduce del 4,6% al 4,2%.
El motivo no es otro que las dificultades que están encontrando las principales economías para superar la desaceleración a escala mundial. Los nuevos pronósticos, según las fuentes, no tienen en cuenta la amenaza de una guerra en Irak, que acentuaría la desaceleración de la economía.
El director gerente del Fondo, Horst Köhler, se suma hoy a la reunión que el G-7 inició ayer en París y presentará a los ministros de Finanzas y a los banqueros centrales de Europa, Win Duisenberg; de EE UU, Alan Greenspan, y de Japón, Masaru Hayami, las nuevas estimaciones del organismo.
La rebaja para la zona euro es aún mayor, del 2,3% al 1,3% este año. Asimismo, prevé que el déficit público de Alemania alcanzará el 3,2% del PIB este ejercicio, mientras que el de Francia se situará en el 3% frente al objetivo oficial del 2,6%, según las fuentes italianas.
Los titulares de Finanzas discutían anoche el margen con que cuentan las principales economías para recortar los tipos de interés, en lugar de incrementar el gasto público, si fuera necesario dar un empuje a la economía, y más si la guerra contra Irak se materializara y las consecuencias sobre el crecimiento global fueran más graves de lo previsto.
El ministro francés de Finanzas, Francis Mer, señaló que los ministros de Finanzas del G-7 tratarían de calibrar el daño económico que podría provocar un fuerte alza de los precios del petróleo en caso de una guerra.
Margen para bajar tipos
Una rebaja de tipos permitiría reducir los costos del crédito a las empresas e inyectar cierto ímpetu a la economía. Según dijo una fuente del G-7, 'si la desaceleración económica es mayor de lo previsto, entonces habrá algo más de espacio para maniobrar con la política monetaria que con la política fiscal'.
Los tipos de interés fijados por los principales bancos centrales han mostrado una tendencia a bajar desde fines de noviembre y la tasa promedio en las economías del G-7 ahora es del 2,10%.
El responsable francés dijo antes de la reunión que las economías de Europa, EE UU y Japón tienen problemas, pero no alarmantes, y que las conversaciones del G-7 se concentrarán en lo que los Gobiernos pueden hacer para subir la moral en los mercados financieros y en las empresas. 'Trataremos de ver entre todos lo que podemos hacer para restablecer la confianza', dijo Mer.
Los mercados de valores en todo el mundo han sufrido caídas durante más de tres años consecutivos, algo no visto desde los años posteriores a la II Guerra Mundial. Un declive de una magnitud similar este año significaría la peor caída de los mercados desde la Gran Depresión de la década de los años treinta.
Francia, que preside este año el G-7, acoge esta reunión en una difícil tesitura. Su presidente, Jacques Chirac, encabeza la oposición internacional a los planes bélicos de EE UU, lo que ha provocado una profunda división entre las grandes potencias. Mer se esforzaba ayer por señalar que el encuentro no reflejará ningún tipo de división porque 'la preocupación común es la economía'.
La inflación sube al 2,6% en EE UU
A pesar de que el jueves todos se temieron lo peor al subir los precios a los productores (precios industriales) en EE UU a cotas no vistas en 13 años, el índice de precios al consumo en enero aportó ayer algo de serenidad, al situarse por debajo de todas las expectativas y crecer el 0,3%. La inflación subyacente, sin la volatilidad aportada por los precios de alimentos y energía, quedó en el 0,1%. De hecho, el precio de los alimentos registró una caída del 0,2%, la mayor desde 1997. Así, la inflación interanual sube al 2,6 % (2,4% en diciembre), y al 1,9% la subyacente.La relajación de la demanda por la incertidumbre económica y política, el pilar que ha mantenido al país durante la recesión (aún no acabada), ha forzado a los comerciantes a rebajar precios, aplicar ofertas y poner fácil al consumidor la búsqueda de gangas. Incluso los costes médicos, que se han disparado en los últimos meses como se comprueba en las cuotas de los seguros mensuales, sólo han subido un 0,1%. Los precios de las casas crecieron un 0,4%, lo que, junto a la energía, compensó otras caídas que hubieran desatado las alarmas sobre la deflación.