La coalición de los dispuestos de Bush
La Casa Blanca ha limpiado la nieve del camino para ser anfitriona de la presidencia de Letonia el lunes, y de José María Aznar el próximo fin de semana en el rancho de Tejas. En semanas recientes, Bush también ha acogido con entusiasmo a (...) Berlusconi y (...) a Blair. Toda esta hospitalidad es un esfuerzo para demostrar que EE UU no está solo en su determinación de forzar a Irak a desarmarse o en su creencia de que una guerra para ello estaría justificada. El tratamiento de alfombra roja está bien, pero nadie debería caer en el error de confundir la coalición que Bush forma con el Consejo de Seguridad de la ONU.
Seamos realistas sobre la diplomacia coercitiva ante Sadam Husein. Mientras Rusia, China y Francia obstaculicen la acción militar y la mayoría del Consejo de Seguridad se retraiga, Bagdad continuará bailando sobre las órdenes de desarme de la ONU. Que España, Italia, Letonia y otras naciones apoyen a Bush no hace que la opción de la guerra asuste a Sadam. Ninguna coalición, por dispuesta que esté, puede presionar a Bagdad para el desarme como una bendición explícita del Consejo de Seguridad sobre una acción militar.
La coalición que Bush está creando también da la impresión errónea de que los Gobiernos están dispuestos a alinearse en los esfuerzos por pagar la reconstrucción de Irak. No es la misma coalición que el padre de Bush aglutinó en 1991 para librar Kuwait de Irak. Aquélla incluía el Consejo de Seguridad, la mayor parte del mundo árabe y Japón y contribuyó con más de 50.000 millones a financiar la guerra en el golfo Pérsico. En el nuevo conflicto con Irak, Washington parece estar firmando más cheques, incluyendo una ayuda multimillonaria a Turquía.