Brasil eleva los tipos de interés al 26,5% para frenar la inflación
El Banco Central de Brasil aprobó ayer subir los tipos de interés de referencia (la tasa Selic) hasta el 26,5%, el nivel más alto en cuatro años. La autoridad monetaria justificó la subida como respuesta a las 'señales de resistencia' que emite la inflación. En enero, la tasa de variación interanual se situó en el 14,5%, a años luz de los objetivos fijados por el Gobierno, la meta máxima es del 8,5%.
Es la segunda vez que el instituto emisor sube los tipos de interés este año, para disgusto de los empresarios, que ven las alzas como impedimento para la recuperación económica. El Banco Central está desde octubre inmerso en una carrera alcista que tiene en vilo al sector productivo. Los tipos de interés eran del 18% a mediados de octubre y desde entonces cinco subidas consecutivas los han llevado al nivel récord desde 1999.
El banco central también ha decidido elevar la cantidad con que los bancos tienen que provisionar sus depósitos del 45% al 60%. Esta medida está destinada a reducir el dinero en circulación. De esta forma, la autoridad central prevé no sólo que se frene la carrera alcista de los precios, sino que el real se vea también fortalecido. Las diversas crisis que sacuden a la economía global desde 2001 han estimulado la aversión al riesgo de los inversores. Brasil lo ha pagado con una fuerte depreciación del real. Un dólar ha pasado así de venderse a 2,3 unidades a principios de 2002 a cambiarse en la actualidad por 3,6 unidades. El efecto en los precios y en el manejo de la deuda -prácticamente el 50% de los títulos públicos están indexados al tipo de cambio- ha sido demoledor.
Con una economía que no termina de funcionar, al presidente Luiz Inácio Lula da Silva se le empiezan a acumular los problemas. Comprometido a lograr un superávit primario del 4,25%, el margen presupuestario es escaso para Lula. El Gobierno ha ofrecido a los empleados públicos una subida salarial del 2,5% que no ha gustado nada. Los sindicatos del sector le exigen al presidente un incremento salarial del 47%, lo que los funcionarios estiman que han perdido en poder adquisitivo desde 1999.
Las malas noticias llegan de todas partes. El Instituto de Geografía y Estadística informó ayer de que el número de trabajadores de la industria brasileña descendió un 0,9% en 2002, en comparación con 2001. No obstante, el informe del instituto señala que 'el indicador acumulado revela que, a pesar de que 2002 concluyó con un resultado negativo, el mercado de trabajo industrial presentó una trayectoria de suave recuperación al final del año'.