Aznar se presenta como impulsor del acuerdo sobre Irak logrado en la UE
El subconsciente quizá traicionó al presidente del Gobierno cuando afirmó en el hemiciclo en la réplica a Zapatero: ¢Estamos ante la crisis más grave que he tenido, que hemos tenido, en mucho tiempo¢. Momentos antes, había ofrecido a los partidos de la oposición, y al líder del PSOE en particular, que arroparan desde el Congreso el acuerdo de mínimos alcanzado el lunes sobre el conflicto iraquí por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, pero sólo obtuvo el apoyo de CiU. Dicho consenso descansa en la exigencia a Sadam Husein de la máxima colaboración para evitar la guerra y en la apuesta por una solución pacífica como expresión de las movilizaciones ciudadanas.
El PSOE eludió esta estratagema, que amenazaba con enfrentarle a las propuestas de los 15 socios comunitarios más los 13 aspirantes al ingreso, elevando el techo de las aspiraciones con una resolución propia. En ella no sólo animó al Ejecutivo a llevar este consenso de la UE a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU del próximo día 28, iniciativa en la que no contó con el respaldo de IU, sino que, además, le emplazó a ser permeable a la sensibilidad de los ciudadanos, a defender la prórroga de las inspecciones y a dotarlas de mayores medios. En estas últimas propuestas, el PSOE contó con el apoyo de todo el arco parlamentario, a excepción del PP.
Al final del debate, cada formación presentó sus propias resoluciones y la intención del Gobierno de que el Parlamento español avalara el consenso previamente alcanzado en la UE, una iniciativa que al PSOE le pareció extemporánea, sólo fue arropada por los nacionalistas catalanes. Sin embargo, el abrigo prestado por CiU a la resolución del Gobierno que remite al acuerdo de la UE no puede interpretarse como un respaldo al Ejecutivo. Su portavoz, Xavier Trias, exigió a Aznar un mayor compromiso ¢en favor de la paz¢ para no dar la espalda a ¢millones de ciudadanos¢.
Mientras tanto, la aspiración del primer partido de la oposición a que el Ejecutivo traslade al próximo Consejo de Seguridad un mandato cerrado que orille la guerra como último recurso, en sintonía con las posiciones de Francia y Alemania, se convirtió, pese al amplio acuerdo que suscitó, en un gesto testimonial con el que Zapatero consiguió sortear la estrategia de Aznar.
De hecho, el presidente eludió ofrecer cualquier dato sobre la postura que España defenderá en la ONU el día 28, una actitud que en el Gobierno se achaca al desconocimiento del contenido de la nueva resolución que preparan Estados Unidos y Gran Bretaña. Además, hay temor fundado en el Gabinete a que en cuestión de días el consenso comunitario se rompa y cada país retorne a sus posiciones iniciales.
¢La última oportunidad¢
Uno de los aspectos del debate que más sorprendió ayer a los distintos grupos fue la aparente naturalidad con la que el presidente del Gobierno se presentó como impulsor del frágil acuerdo alcanzado el lunes en la UE, después de haber promovido la famosa Carta de los Ocho para expresar su respaldo inequívoco a Estados Unidos.
También se percibió la moderación del lenguaje empleado en favor de la Administración Bush, una exigencia procedente de las propias filas del PP. ¢Tengo la satisfacción de poder decir a la Cámara que los ejes expuestos por España los vemos reflejados en las conclusiones del Consejo Europeo... Si hemos llegado a estar en el Consejo [de Seguridad de la ONU] es porque hay muchas naciones en el mundo que consideran que España puede ayudar a restaurar consensos en situaciones de crisis¢, mantuvo Aznar.
El giro formal del presidente no anuló sus convicciones de fondo. ¢Bagdad no debe hacerse ilusiones. Estamos esperando, pero no de brazos cruzados. La amenaza del uso de la fuerza produce resultados. Debemos seguir ejerciendo toda la presión posible con todos los medios. Esta es la última oportunidad de Husein para cumplir con la legalidad internacional¢, advirtió.
Zapatero exigió a Aznar, ¢en nombre de millones de españoles¢, que rompa ¢los compromisos incondicionales con Bush¢, de forma que el próximo viernes acuda a su rancho de Tejas con ¢autonomía¢ y no para ¢recibir instrucciones¢. También apro-vechó el debate para desarmar la versión de Aznar sobre el buen refugio encontrado por sus posiciones en el conflicto dentro del acuerdo de la UE. Con esta finalidad le recordó el desprecio inicial que exhibió hacia la necesidad de una segunda resolución para justificar la guerra, así como su negativa a prolongar las tareas de los inspectores de Naciones Unidas.
Zapatero dejó en el aire dos preguntas que no obtuvieron respuesta. ¢¿Tienen constancia los servicios de información españoles de que Irak dispone de armas quími-cas o biológicas? ¿Mantiene el Gobierno que hay vincula-ción entre el régimen de Sadam Husein y Al Qaeda?¢, interrogó el líder socialista.