Bruselas cifra el posible impacto del alza del crudo en el PIB
La estabilización del precio del barril de petróleo brent, el de referencia en Europa, en torno a los 39 dólares de media (ayer se encontraba a 32,2 dólares) puede costarle a la zona euro al menos cuatro décimas en términos de crecimiento durante 2003. Así lo indican los escenarios que el comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, presentó ayer al Consejo de Ministros de la UE. Las previsiones de crecimiento para la zona euro (1,8% este año) publicadas en noviembre por la Comisión Europea se elaboraron bajo un escenario de un precio del barril de 24,2 dólares.
Las proyecciones presentadas ayer por Solbes calculan que sus previsiones de crecimiento se reducirán en sólo una décima si la media del precio del barril se sitúa en torno a los 28 dólares para el conjunto del año. O tres décimas si la media fuera de 39 dólares a lo largo de este ejercicio. Este segundo escenario corresponde al que se produjo durante la guerra del Golfo en 1991.
Temor en los precios
Bruselas considera que el impacto en la inflación, que también podría oscilar entre una y tres décimas según los dos escenarios más probables, se vería mitigado por la revalorización del euro (las previsiones de otoño se hicieron a partir de un tipo de cambio de 0,94 céntimos de euro por dólar).
En todos esos casos, el impacto puede ser aún mucho mayor si confluyen otros factores negativos, como una caída de la inversión, un deterioro de la confianza, un descalabro bursátil o una drástica reducción del comercio y el transporte internacional.
La presencia de todas esas variables al unísono llevaría a un escenario, que Bruselas considera remoto, de recesión de más del 2% que justificaría el recurso de los Estados de la UE a déficit públicos por encima del 3% fijado en el Pacto de Estabilidad.
Los titulares de Economía de los Quince estudiaron también la propuesta de Solbes para una respuesta coordinada en caso de que la escalada de los precios del crudo continúe. Los ministros se comprometieron a evitar la adopción de medias unilaterales, a veces contradictorias, como las que se produjeron durante la crisis del año 2000. Pero lo cierto es que dada la disparidad de las legislaciones nacionales sobre reservas estratégicas un plan común resulta difícil.