Los traslados de producción amenazan el 30% de las exportaciones españolas
La deslocalización industrial, un fenómeno característico de los países industrializados y con fuerte presencia inversora en el exterior, empieza a extenderse también entre las empresas españolas que buscan, mediante traslados parciales de la producción, abaratar costes y fortalecer su posición competitiva ante la liberalización de los mercados.
Aunque, en teoría, prácticamente todos los sectores industriales pueden verse afectados por la deslocalización, la experiencia demuestra que este fenómeno se concentra en tres sectores esenciales: automóvil, confección textil y calzado y piel, que aportan el 31% de las exportaciones españolas y el 22,5% de la importación.
El objetivo que se persigue es rentabilizar las inversiones a través de costes más baratos en la mano de obra, el suelo y los servicios, además de beneficiarse de posibles incentivos en la fiscalidad. Y, en el caso del textil los procesos de deslocalización afectan ya a unas 400 empresas del sector, entre ellas todas las más renombradas, como Zara, Mango o Pulligan, y suponen prácticamente el 30% de la producción.
Esta estrategia hace que, como explica el presidente del Consejo Intertextil Español, Joan Canals, los traslados de producción 'se concentren en aquellos productos en los que la clave de la venta es el precio, manteniendo en España los productos más sofisticados, con mayor valor añadido y margen comercial, además del marketing'.
Los destinos más interesantes para los empresarios españoles son Europa del Este y el norte de África, especialmente por la proximidad de estos mercados, que permite reducir el tiempo y los costes del transporte del producto elaborado.
Estas mismas motivaciones son las que han impulsado a la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) a impulsar la fabricación en el exterior entre las empresas del sector, única fórmula que, en palabras de su presidente, Rafael Calvo, 'garantiza la supervivencia y el mantenimiento de los puestos de trabajo, frente la competencia del producto de inferior calidad pero mucho más barato de los países subdesarrollados'.
En el sector del automóvil, el anuncio de la multinacional Volkswagen de trasladar el 10% de la producción del Seat Ibiza de la factoría de Martorell (Barcelona) a Bratislava, capital de Eslovaquia, abre una vía que, de generalizarse, supondría un grave quebranto para nuestra balanza comercial, puesto que los automóviles motos aportan más del 21% de los ingresos por exportación.
El hecho de que la fabricación española de automóviles esté en manos de las multinacionales extranjeras hace aún más vulnerable a este sector ante posibles deterioros de la competitividad o a incentivos estatales, especialmente en los países candidatos a la ampliación de la UE.
Capital mixto para financiar infraestructuras
Dentro de las iniciativas para acelerar el desarrollo económico e industrial de Europa del Este, la Comisión Europea está preparando un paquete de propuestas orientadas a 'facilitar la participación del capital privado junto al capital público en la construcción de infraestructuras en los diez países candidatos a la próxima ampliación de la UE'.La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Energía y Transportes del Ejecutivo comunitario, Loyola del Palacio, avanzó esta alternativa durante la celebración el pasado jueves en Madrid del seminario sobre El reto de la ampliación, organizado por la patronal CEOE y el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex). En el acto inaugural de este seminario, Loyola de Palacio explicó que la fórmula prevista sería similar a la que ya se está utilizando en algunos proyectos en España, donde empresas privadas financian parcialmente proyectos del Gobierno central o de los Gobiernos autonómicos; y cifró en 90.000 millones de euros las inversiones necesarias en infraestructuras de transporte de los países candidatos hasta el año 2010. Las redes de carreteras y los ferrocarriles son los sectores que la CE considera prioritarios.