El coro financiero proclama que la guerra hará subir las Bolsas
En las últimas horas han aumentado las recomendaciones de compra y firmas de análisis estadounidenses, vinculadas a poderosos bancos de inversión, recomiendan a sus clientes subirse ya al carro de la Bolsa, porque esperan que la guerra estalle pronto y que ello dispare al alza los líndices.
Lo mismo sucede con las gestoras de los dos grandes bancos españoles. Cuentan extraoficialmente que disponen de montañas gigantescas de dinero para cuando estalle el conflicto. ¿Para qué esperar más tiempo, dicen los especuladores e inversores incautos?
Lo peor de este festival de propaganda es que todo el mundo apuesta en la misma dirección y juega la misma partida. Los mercados, con frecuencia, suelen hacer lo contrario de lo que opina la mayoría. Las páginas de los periódicos están repletas de análisis y sugerencias sobre los efectos benéficos que para los mercados de acciones han tenido contiendas anteriores. Lo que no se aprecia en los informes es que las guerras nunca han cambiado las tendencias dominantes de fondo.
Hay expertos que consideran que, si estalla la guerra y las cotizaciones, como es la apuesta de moda, suben con fuerza, la duración de la euforia será corta, aunque puede resultar explosiva, y que los mercados volverán a retomar la tendencia bajista de fondo.
Quienes plantean este escenario destacan que las Bolsas estaban tocadas en su línea de flotación antes de que la incertidumbre bélica fuera una realidad. Los escándalos contables y financieros han dejado abierta una herida que tardará en cicatrizar; los resultados de las empresas no se recomponen de la noche a la mañana como pretenden hacernos creer algunos voceros y el estado de salud de la economía de EE UU no va a mejorar, precisamente, con la pócima de un déficit descontrolado y sin techo apreciable en su crecimiento. Algo que no ha criticado Greens-pan con el énfasis debido. Tampoco van mejor las cosas en la eurozona, con la maquinaria alemana paralizada.
Pero la gran onda expansiva puede estar en la mano de quienes han apostado por que no habrá guerra. Ninguna firma de análisis lo ha tenido en cuenta.
Latinoamérica, en el punto de mira
Es muy pronto para lanzar las campanas al vuelo y apostar por el cierre de un ciclo latinoamericano nefasto par la Bolsa española. Es prematuro, según los expertos, considerar que con Lula se hizo la luz y que las tensiones ya no volverán a Brasil.Hay quienes sospechan que, en estos momentos de la política económica del presidente Lula, el riesgo de que se entre en un nuevo círculo vicioso es mayor. En verano se temió el cambio político en Brasil. Ahora se teme el impacto negativo de la incertidumbre internacional, con menores entradas de capitales y/o caída del real, al mismo tiempo que se acentúa la presión inflacionaria por la subida de los precios del petróleo. La moneda ha vuelto a dar síntomas de debilidad claros en los últimos días. En Argentina los jueces vuelven a tomar protagonismo y en México las cosas empeoran sin prisa, pero sin pausa dada su dependencia casi total de Estados Unidos. La situación comienza a pasar factura al peso. En el resto de la zona, la situación es peor por las propias singularidades de cada país.