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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las Bolsas toman partido

La esperada reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas proporcionó ayer escasas novedades respecto a la situación armamentística de Irak. Y no despejó ninguna de las incertidumbres abiertas respecto al previsible conflicto bélico. Los jefes de la inspección, Hans Blix y Mohamed el Baradei, reconocieron que no hay pruebas de que Irak se haya desarmado, pero tampoco de lo contrario. Ante un mismo informe, EE UU, Reino Unido y España consideran que el tiempo se ha acabado para Sadam Husein y que la comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados. Francia, Alemania, Rusia y China defendieron la necesidad de dar más tiempo a los inspectores y la búsqueda de una solución diplomática a la crisis. Aparentemente, las mismas posiciones previas a la reunión del Consejo. Pero por debajo sí se apunta un cambio. Las posiciones se han endurecido, los titubeos conciliadores de Francia se han truncado en abierta oposición a una intervención militar inmediata y, en definitiva, cada vez parece más claro que alcanzar una solución en el seno de la ONU va a resultar muy complicado. Una situación que podría empujar a Washington a abandonar todo intento de cobertura legal internacional y lanzarse a una aventura en solitario, con el único apoyo importante del Reino Unido. Se trata quizá del peor escenario.

La brecha entre EE UU y Europa crece por momentos en el terreno político. La división en la ONU y la OTAN entre las potencias que apoyan el ataque y las que lo rechazan se trasladó ayer momentáneamente a las Bolsas. Europa, con Alemania a la cabeza (+4,66%), cerró con una de las subidas más importantes del año: el Ibex subió el 2,67% y el CAC, un 2,5%. Londres se mantuvo plano y Wall Street subió con menos pujanza en el periodo de coincidencia operativa -aunque al final ganó un 2,05%-, lo que los expertos atribuían al retraso en la guerra y la prolongación de la incertidumbre. Precisamente esa clara percepción de que el conflicto se aleja en el tiempo fue recibida positivamente por los mercados de uno y otro lado del Atlántico.

Un analista consideraba ayer que en los mercados 'hay más gasolina para las palomas que para los halcones'. Dada la volatilidad que proporciona un contexto de incertidumbre como el actual, esa afirmación sería válida sólo por una jornada, sin que pueda servir para marcar una posición diferenciada de las Bolsas de cara al conflicto. Pero resulta significativo el guiño que los inversores propiciaron ayer hacia las posiciones menos favorables a la guerra. El conflicto parece inevitable, por mucho que las pruebas de EE UU contra Irak hayan sido cuestionadas por los inspectores. Pero nadie se atreve a adelantar una fecha. Sin hablar de los costes directos de la guerra y los derivados de un alza del petróleo, Occidente ya está pagando caro el clima prebélico, en términos de incertidumbre, retraso de inversiones e inestabilidad general en los mercados. Por desgracia, todo apunta a que tal estado de cosas continuará en los próximos tiempos.

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