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Estrategia de las empresas

Luxindex recupera sus mejores días

La mítica empresa de agendas de lujo vuelve con una apuesta renovada que incluye la colaboración de la diseñadora Sara Navarro

En plena época de las computadoras, los teléfonos móviles que nos avisan de cualquier fecha importante o de dietarios electrónicos que caben en la palma de la mano, apostar por devolver el esplendor a la mítica firma de agendas de lujo Luxindex podría parecer un capricho más que una medida empresarial sensata. Sin embargo, las cifras conseguidas en los dos años en que la empresa madrileña Novaline se hizo cargo de la compañía avalan el futuro que espera a una empresa que desde 1890 es sinónimo de agenda de alta calidad en España.

Novaline, empresa familiar dedicada a la importación y distribución de material de papelería que dirige Iñaki Espinosa, compró Luxindex a la holandesa Succes en 2001. 'Cuando la cogimos, aquello era casi un solar, si hace 15 años las ventas eran de 2,4 millones de euros, en 2001 facturaba apenas 450.000 euros y perdía 300.000', explica Espinosa, que recuerda que los gastos de la compañía eran excesivos y además se había optado por hacer agendas más económicas para intentar ganar mercado.

Fueron, por tanto, estos dos elementos los primeros que se afrontaron desde la nueva propiedad de la compañía. 'Al integrar la empresa en el grupo, conseguimos reducir los gastos que tenía, pero lo más importante era posicionar la marca de nuevo en el mercado, ofreciendo un producto de alta calidad y de lujo, por lo que optamos por eliminar toda la gama de producto barato y quedarnos exclusivamente con lo que era la seña distintiva de Luxindex, la piel'.

Así se optó por rediseñar la marca, elaborar un cuidado packaging (embalaje y contenidos interiores) y se centró la fabricación de las agendas de piel en los artesanos de Ubrique. 'Se trataba de ofrecer un producto de lujo que durara para toda la vida, ya que ofrecemos esa garantía, y que fuese en una edición limitada de no más de 300 o 500 piezas', señala Espinosa.

El último impulso se lo ha dado el acuerdo alcanzado con la diseñadora alicantina de calzado y complementos Sara Navarro, que ha diseñado una línea completa para Luxindex. Especializada en el trabajo en piel, Navarro ha trasladado su experiencia en marroquinería a un sector, el de la papelería, por el que confiesa pasión desde la infancia. Esta colaboración, además, ha ido más allá de la elaboración de las cubiertas de la agendas, ya que se han añadido otros complementos, como monederos y portabilletes que han abierto un nuevo campo para la firma centenaria.

'Después de dos años, hemos conseguido darle la vuelta a la situación y hemos cerrado 2002 con unas ventas de 0,6 millones y unos beneficios de algo más de 120.000 euros, y la previsión para este año es duplicar la facturación y salir al exterior', señala Espinosa.

Los diseñadores llegan al sector de la papelería

Si la industria de la papelería en Italia incorporó hace años a sus más destacados diseñadores para perfilar desde blocs de escritura hasta lápices o plumas, en España ha sido en los últimos años cuando el sector ha empezado a reclamar los servicios de nombres como Antoni Miró, Francis Montesinos o la propia Sara Navarro.'Eses el camino que hay que seguir para lograr que el consumidor se identifique con las marcas', señala Navarro, que rechaza el sistema de licencias en el que el diseñador no se implica en todo el proceso. 'El objetivo es hacer un producto de gran calidad y es imposible engañar al consumidor, que tiene mucha información sobre todos los detalles', explica la diseñadora. Por su parte, Iñaki Espinosa destaca que 'la incorporación de un diseñador a un producto no tiene por qué encarecerlo porque, si conoce bien su trabajo, los ahorros que se logran en la producción absorben los costos y se gana en valor añadido'.

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