'La Administración exterior funciona todavía con esquemas del siglo XIX'
Luisa Fernanda Rudi acaba de cerrar el debate parlamentario sobre la posición española en el conflicto de Irak. Jordi Sevilla abandona el hemiciclo relajado y sonriente. Ya en el pasillo se detiene para felicitar a José Luis Rodríguez Zapatero, a quien también se ve satisfecho por su intervención. Tras el breve diálogo, este valenciano de 46 años vuelve a asumir su condición de máximo responsable de la política económica del PSOE para expresar la preocupación por lo que define como 'el profundo desequilibrio en el esquema de crecimiento de la economía española'.
'Una economía donde los precios suben por encima del crecimiento real, donde el paro sigue en aumento y el sector de la construcción es el único que crece, porque hasta la aportación del sector exterior va a ser negativa, creo que es para estar preocupado', afirma Jordi Sevilla, quien reconoce, sin embargo, que 'probablemente, y tras los pobres resultados de 2002, ya hemos tocado suelo'. No obstante, ello no le permite ser optimista de cara al ejercicio en curso porque, explica, 'llevamos al menos tres lastres importantes, el de la inflación, el de la baja productividad y del aumento del paro y la temporalidad en el empleo. Esos tres lastres van a hacer que durante este año, al menos, nos arrastremos por el suelo y no haya un efecto rebote que nos impulse'.
En su opinión, 'ni siquiera las rebajas fiscales aprobadas van a servir para reactivar la economía porque 'el Gobierno sigue sin tomarse en serio la inflación y sin presentar medidas para combatirla. La rebaja del IRPF se va a ver compensada por las subidas en el resto de impuestos, que ya se han producido, y en una tesitura como en la que estamos, con el paro aumentando, un nivel de temporalidad en el empleo intolerable y el elevado endeudamiento de las familias , es muy posible que el efecto de la rebaja en el impuesto sobre la renta vaya más al ahorro que al consumo y, por tanto, tenga un menor impacto en la reactivación de la economía'.
Técnico comercial del Estado y miembro del último Gobierno socialista como jefe de gabinete del ministro de Economía Pedro Solbes, Jordi Sevilla alerta sobre el impacto que el repunte de la inflación tiene sobre el sector exterior de nuestra economía. 'El ejercicio de 2002 va a ser el primero desde 1975 en que nuestra exportación tiene una tasa de crecimiento negativa, y no es la primera vez que cae el comercio mundial. Es decir, estamos perdiendo cuota de mercado, incluso en los países europeos. Y eso se debe, en parte, a problemas de competitividad derivados de la inflación, de no apostar por la economía del conocimiento y de favorecer los proceso de deslocalización industrial'.
Cesce y Expansión Exterior
A pesar de este deterioro del sector exterior, 'agravado también por la caída de los ingresos del turismo', no cree necesario habilitar nuevos instrumentos de apoyo a la internacionalización.
'Vale con los instrumentos que hay. Otra cosa es que estén deflactados presupuestariamente y dirigidos hacia un objetivo equivocado. El problema es que el presupuesto del Icex lleva congelado ya cuatro años y que las empresas públicas que quedan actuando en el sector exterior, en lugar de apoyar la presencia en el exterior de nuestras pequeñas y medianas empresas, se dedican a obtener buenos resultados en su balance apoyando a las grandes, que no lo necesitan'.
A pesar de esta crítica, se muestra contrario a cualquier privatización. 'Empresas como Cesce, Cofides y Expansión Exterior están bien en el sector público, lo que tienen que hacer es funcionar de forma correcta'.
Si defiende, en cambio, una reforma del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) porque 'un país como España, que aspira a estar entre los primeros del mundo, tiene que tener claro y nítidamente separado lo que es ayuda al desarrollo de lo que es fomento de la exportación y fomento de la internacionalización. Esta sería una buena estrategia, además de fortalecer la presencia de las empresas españolas en las instituciones financieras multilaterales donde tenemos tasas de retorno muy pobres comparadas con nuestra aportación'.
Propone, asimismo, una 'revisión profunda de toda la Administración exterior, incluyendo la representación diplomática y las oficinas comerciales'. En muchos casos funciona todavía con esquemas del siglo XIX y se echa en falta una mayor vinculación entre la política exterior y la política comercial'. Para superar este desfase, 'la unificación de los dos cuerpos del sector exterior podría ser una fórmula, aunque no estrictamente necesaria. Bastaría con más coordinación'.
'Las liberalizaciones no han generado competencia'
Critica Sevilla 'el discurso del Gobierno cuando dice que no le preocupa el crecimiento de la inflación porque es algo que puede producirse en todo proceso de convergencia real. Ese discurso falla desde el momento en que ese diferencial positivo de inflación se tendría que ver compensado por una mejora de la productividad, y no está pasando'. 'Yo creo que aquí se están viendo dos problemas importantes', explica, 'en primer lugar, un proceso de liberalización que no se ha traducido en un aumento de la competencia y, por tanto, en bajadas de precios. El ejemplo más claro es la reforma del Ley del Suelo que hicieron en 2000 para, teóricamente, bajar el precio de la vivienda, y ahí tenemos los resultados. El segundo problema es haber tirado la toalla en el reto de la Cumbre de Lisboa, de la sociedad de la información y en todo lo que significa apostar por que la economía compita en los mercados internacionales en función del valor añadido y las nuevas tecnologías, y no en costes salariales bajos y mercados y estructuras laborales precarios'.Para Sevilla, estos déficit estructurales obedecen, 'entre otras cosas, a que este Gobierno ha sido prisionero de una ideología como es la del déficit cero, que hoy ya ni la extrema derecha americana mantiene, y si no que le pregunten a Bush y a los Presupuestos que ha presentado'. 'El Gobierno no cree en la competencia y tiene la concepción clásica de la derecha conservadora. Es decir, está más preocupado por los grandes negocios que por el mercado y por la competencia', añade.