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Para invertir

Cuenta corriente colectiva

Crisis económica, guerra, desplome de las Bolsas... La combinación, sin duda, es como para echar para atrás incluso al inversor más intrépido. Vista la incertidumbre reinante, muchos partícipes han optado por refugiarse en fondos de riesgo reducido a la espera de que amaine el temporal, entre ellos, los fondos monetarios o Fiamm. 'En momentos bursátiles tan malos estamos asistiendo a incrementos en el patrimonio de los fondos monetarios. Cerca del 80% de los nuevos suscriptores que tenemos han invertido en esta categoría de fondos', explica Alfonso Sáez, director de recursos e intermediación de Bankinter.

Según los datos recopilados por Lipper, la compañía de análisis de fondos de inversión, durante el mes de enero los Fiamm registraron el mayor número de aportaciones de manos de los partícipes, hasta un monto neto de 876 millones de euros. Sin embargo, las tasas de rentabilidad que ofrecen estos fondos son muy bajas, sobre todo en un entorno de tipos de interés oficiales muy bajos y con perspectivas de seguir descendiendo. Según Inverco, la patronal del sector, los fondos de dinero registraron una rentabilidad media a lo largo del año pasado del 2,41%, con una inflación interanual del 4%. Es decir, que la ganancia en términos reales fue nula.

'Los inversores están utilizando los Fiamm como una cuenta corriente. Se refugian en estos productos cuando las cosas van mal y a la espera de que mejoren para entrar de nuevo en renta variable', explica Sergio Míguez, director general de Gesatlántico. Para que esto sea posible ha contribuido, y mucho, el nuevo marco fiscal que rige para los fondos desde el pasado 1 de enero. El hecho de que los partícipes puedan cambiar de fondo sin tener que tributar por las plusvalías permite ahora estrategias más ágiles y más a corto plazo a la hora de decidir un destino inversor. 'Llevamos un año cambiando a nuestros clientes hacia fondos monetarios', matiza Alfonso Sáez. 'Tampoco nos han afectado mucho los cambios de fiscalidad, porque muchos de los partícipes acumulaban minusvalías en otros fondos'.

Actualmente no es mucho lo que se puede ganar con un fondo monetario. El euribor, el tipo interbancario de referencia en la zona euro, se situó en diciembre en el 2,87%. Los tipos de interés oficiales están muy bajos y los bancos centrales europeos podrían rebajarlos aún más, a juzgar por la cotización de los futuros del euribor, por debajo del 2,5%. 'En este entorno va a ser muy difícil que los Fiamm superen el 2,7% de rentabilidad', sostiene Míguez. Bien es cierto que por lo menos es una ganancia, en comparación con las pérdidas que acumulan muchas de las otras categorías de fondos.

Los Fiamm, los fondos que invierten en activos del mercado monetario, dejan poco margen al gestor para extraer rentabilidades altas. Los diferenciales entre unos y otros muchas veces dependen más de las comisiones aplicadas que del tipo de activo en que se invierte. 'La rentabilidad que puedan extraer los fondos va a estar ligada a las comisiones que se apliquen', asegura Sáez. Sergio Míguez coincide en este aspecto: 'Es muy difícil aparecer en la parte alta de los ranking de rentabilidad con comisiones elevadas'.

Según un estudio elaborado por Abante Asesores, en los primeros ocho meses de 2002, los fondos monetarios con una comisión mayor o igual al 1% (de depósito y de gestión) obtuvieron una rentabilidad media ponderada del 1,55%. La rentabilidad media de los Fiamm con comisión menor o igual al 0,5% ganaban el 2,02%.

Las comisiones, de hecho, se han convertido en un arma en la batalla por captar clientes que comenzó el 1 de enero al hilo de la nueva fiscalidad. Gestoras como la de Bankinter han entrado en liza con rebajas generalizadas de las comisiones de sus fondos de dinero. 'Yo creo que a lo largo de este año veremos más rebajas de comisiones, porque la competencia es cada vez más directa', afirma Míguez.

Los Fiamm tienen, sin embargo, los días contados. Al menos su denominación. Según el anteproyecto de la Ley de Instituciones de Inversión Colectiva, los fondos van a perder sus apellidos (FIM y Fiamm) para denominarse simplemente fondos de inversión. Esta transformación conllevará cambios en las políticas de inversión, de modo que cualquier fondo (sea Fiamm o no) podrá invertir en casi cualquier activo, siempre que lo especifique el folleto. Las comisiones máximas de gestión no serán diferentes en función de la estructura del fondo, FIM (2,25%) y Fiamm (1%), sino en función del plazo de dicha inversión. 'Aunque la denominación cambie, el concepto de invertir a muy corto plazo propio de los Fiamm permanecerá, máxime cuando la nueva legislación abre la puerta a los fondos que invierten en depósitos bancarios, que es una forma de archifiamm', apunta Fernando Álvarez, director de marketing de Gesmadrid.

Falta, sin embargo, que el texto definitivo se apruebe y, sin duda, sufrirá modificaciones hasta entonces. Entretanto, los gestores parecen apostar con fuerza por fondos de riesgo reducido como los de dinero. 'Las condiciones de mercado ahora hacen muy negativa la perspectiva de la renta variable, independientemente de los rebotes puntuales', vaticina Sergio Míguez.

Las comisiones de los 'fondtesoros', a la baja

El próximo 15 de febrero entrará en vigor un convenio firmado por la Dirección General del Tesoro y 27 gestoras españolas para reformar la política de inversión y de comisiones de los fondtesoros. Entre las reformas acordadas, destaca la rebaja de las comisiones máximas de los fondos de inversión mobiliarios (FIM) fondtesoro, al 1,5% para los que invierten a más de 12 meses de plazo y al 1,15% para los que invierten a menos. Los fondtesoros son fondos de inversión que invierten en deuda pública española. Pueden adoptar la forma de FIM o de Fiamm, según el plazo de la inversión. El convenio que firmaron el Tesoro y las gestoras el pasado 22 de enero contempla la reducción de las comisiones máximas de los FIM fondtesoros a corto plazo, muy similares a los Fiamm, para evitar que se cobre más por una inversión prácticamente igual, pero con una estructura diferente. A partir del 15 de febrero, las comisiones máximas dependerán, no de la estructura del fondo, sino de los plazos de la inversión, adelantándose así a las reformas en esa dirección de la futura Ley de Instituciones de Inversión Colectiva. El convenio de las gestoras con el Tesoro va un poco más allá y amplía el abanico de inversión de estos productos, incluido el uso de derivados, siempre, eso sí, que se utilicen con finalidad de cubrir riesgos. Existen cinco tipos de fondtesoros: los FIM (que invierten hasta un 95% en deuda pública y al menos un 50% en bonos a más de un año), los Fiamm (al menos un 95% en deuda a corto plazo), los renta FIM (un 70% en deuda estatal o en títulos emitidos por fondos de titulización de pymes), los renta Fiamm (igual que los anteriores, pero con emisiones a corto plazo) y los Plus FIM (permiten invertir parte de sus activos en Bolsa española). El convenio pretende simplificar y homogeneizar entre sí toda esta gama, en línea con la tendencia actual del sector.

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